La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1 de cada 7 jóvenes de 10 a 19 años en el mundo padece algún tipo de trastorno mental. Depresión, ansiedad y trastornos del comportamiento, son causa de enfermedad y discapacidad.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, cita el incremento de depresión, ansiedad e idea suicida tras la pandemia covid-19. El Instituto de Psiquiatría señala falta de atención oportuna de estos padecimientos y de los efectos de un contexto de violencia endémica que se refleja en la familia, la escuela y las calles.
“Ansiedad y depresión tienen franco aumento, más problemas del neurodesarrollo no detectadas como trastorno por déficit de atención. La escuela es el lugar que suele detectar que algo no anda bien, pero no cuenta con recursos”. 60% de esta población está expuesta a algún tipo de violencia. Un desafío urgente es la conducta suicida, y su incremento constante en jóvenes.
La política es omisa en salud mental, lo que retrasa diagnóstico y tratamiento. 80 % de personas con trastornos mentales y por uso de sustancias no recibe atención. Entre las barreras están, estigma y discriminación, falta de conciencia y educación del tema e infraestructura para la atención insuficiente.
El cuidado de la salud mental es responsabilidad compartida. A nivel individual, cada persona debe procurar su bienestar emocional; a nivel familiar se debe procurar que nuestros seres queridos reciban la atención necesaria; a nivel social hay que difundir información que oriente a quien busca ayuda, a nivel institucional, establecer políticas de salud y contar con recursos suficientes para la atención.
Inegi expone un problema: el desempleo. “El personal ocupado en la industria manufacturera reportó caída anual de 2.6% en septiembre pasado, caída continua desde marzo 2023” y agrega: “16 de las 21 actividades del sector reportan retroceso anual en septiembre.
En 25 de 32 estados cae el empleo manufacturero. Esas entidades participan con 96% de trabajadores empleados, y sin inversión no hay empleo formal, bueno y suficiente para millones de mexicanos jóvenes que lo piden. El reto es enorme pues es la principal fuente de ingresos y de estabilidad de la salud.
El crecimiento económico entre 2000-18, es un pobre 1.7%, menos terrible que en 2018-24, de 0.8%, que el gobierno no acepta, ni reconoce que el empleo se estancó, así que no hay estímulo para crear empleos de calidad y salario justo.
Más de 7 mil millones de dólares mexicanos salen del país en 2025 ante la falta de confianza en el gobierno que muestra dos caras: una que grita, “somos el país más democrático del mundo”, y otra oscura que se adueña del poder para dictar desde el modo de vida de los mexicanos hasta su política nacional. La salud mental no se toma en cuenta. Que cada uno y cada familia cargue con esos problemas.
El Estado está por encima de estos problemas, su visión es dominar y dictar.







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