“Esta fiesta es única porque en una noche se unen el cielo con la tierra llevando paz y felicidad”.
Estamos a unos días de celebrar la Noche Buena y Navidad. Es fascinante ver la alegría y el gozo en los rostros por participar en esta fiesta que año con año reúne familias, amigos, vecinos, compañeros de trabajo.
Navidad viene del latín “Natividad” que significa Nacimiento. Es la celebración del nacimiento de Jesucristo, para los cristianos simboliza esperanza y amor por la llegada de Dios a la tierra.
Pero también esta celebración ha evolucionado culturalmente para representar la unión familiar, la generosidad, la renovación y la alegría con símbolos como árboles, luces, regalos, cánticos.
Es interesante destacar la mezcla de elementos cristianos y antiguas festividades paganas del solsticio de invierno.
No hay fecha exacta del nacimiento de Jesús una explicación generalizada del origen es que el 25 de diciembre se produce la cristianización del “Dies solis invicti nalia” ( día del nacimiento del sol invicto).
Esta festividad era muy popular en el Imperio Romano y daba inicio en el solsticio de invierno (en el hemisferio norte) como símbolo del resurgimiento del sol, al mismo tiempo que marcaba el comienzo del invierno y el anuncio del renacimiento de la primavera y el verano.
¿En que reside la magia de la Navidad?
En que nos convierte en personas sensibles con deseos de compartir valores como la solidaridad, la empatía, el perdón y la gratitud trascendiendo lo material para enfocarse en la conexión humana y la reflexión espiritual.
Por ejemplo: el acto navideño más famoso de guerra fue la tregua de 1914. Se establecieron cese del fuego no oficiales entre soldados alemanes y británicos en partes del frente. En las trincheras la mañana de Navidad se cantaron villancicos y se lanzaron raciones de comida a las líneas enemigas.
Hace poco vi una película que trataba de un grupo de astronautas científicos rusos y norteamericanos que trabajaban en una estación Inter espacial haciendo experimentos y tareas algunas compartidas entre ellos.
Llega una nueva huésped, sus compañeros le dan la bienvenida con una especie de ritual: cenan, beben y conversan sobre temas que nada tienen que ver con su trabajo. Al terminar, invitan al nuevo a subir a una especie de observatorio diminuto en el que solamente hay espacio para una persona.
Cuando baja a reunirse con los demás, le preguntan qué es lo que más le llamó la atención y su respuesta es: Solamente vi un planeta azul, sin fronteras, banderas ni cercados.
Es un mensaje muy fuerte para la humanidad y que de alguna manera especialmente en esta fecha se cumple.
Disfruten mucho, mucho estas fiestas decembrinas y que el amor y la paz de Dios llegue a sus corazones y a sus seres queridos.
PAZ Y BIEN.







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