Hace apenas unas semanas, el Thunder campeón defensor daba la impresión de que el resto de la NBA competía únicamente por el segundo lugar. Oklahoma City había ganado 24 de sus primeros 25 partidos, aplastando rivales y dándose el lujo de sentar a sus titulares en los últimos cuartos.
Ese dominio hoy tiene grietas. Los Spurs de San Antonio se han convertido en una amenaza real para la corona del Thunder, venciéndolos tres veces en un lapso menor a dos semanas. La más reciente fue el jueves, un contundente 117-102 que significó la primera derrota en casa de Oklahoma City en la temporada.
La primera victoria de San Antonio, un duelo cerrado en la semifinal de la Copa NBA, pudo parecer circunstancial. Sin embargo, las dos siguientes —una paliza por 20 puntos en San Antonio y otra por 15 en Oklahoma City— confirmaron que no se trata de una casualidad.
Aun así, Victor Wembanyama evitó enviar mensajes grandilocuentes al resto de la liga.
“Tal vez sí, tal vez no”, dijo el pívot francés. “Estamos enfocados en el resto de la temporada. Es muy larga y ni siquiera hemos llegado a la mitad. No creo que sea inteligente pensar tan lejos”.
Ambos equipos coincidieron en que disputar tres partidos en menos de dos semanas se sintió como una serie de playoffs. Y los resultados dejaron claro que el Thunder aún tiene trabajo por hacer.
“Tenemos que mejorar como grupo”, admitió Shai Gilgeous-Alexander, MVP vigente de la NBA. “No pierdes tres veces seguidas contra el mismo equipo en tan poco tiempo si ellos no están jugando mejor que tú. Tenemos que mirarnos al espejo, todos, si queremos alcanzar nuestro objetivo final”.
Oklahoma City no ha encontrado respuestas para Wembanyama. El francés de 2,20 metros ha promediado 17,6 puntos y 8,3 rebotes en poco más de 23 minutos por partido ante el Thunder, pese a salir desde la banca en los tres encuentros mientras se recupera de una lesión en la pantorrilla.
Su combinación de tamaño, alcance y movilidad ha desajustado a una defensa habitualmente disciplinada. Jalen Williams reconoció el impacto del joven pívot:
“Solo con tener a Victor ahí, pueden cubrir muchos errores defensivos. Eso obliga a que nuestra ejecución ofensiva sea perfecta, porque él puede cambiar un partido si les permites hacer lo que quieren”.
El crecimiento también refleja el salto del entrenador Mitch Johnson, de 39 años, quien vive su primera temporada completa al frente del equipo tras la salida de Gregg Popovich, ahora presidente de la franquicia.
Para Williams, los Spurs recuerdan al Thunder de hace dos años: un equipo joven que maduró rápido y sorprendió a la liga.
“Tienen el mismo hambre que nosotros teníamos entonces”, explicó. “La diferencia está en quién logra canalizarlo mejor. Esta vez, ellos lo hicieron y nosotros no”.
Pese a los tropiezos, el objetivo de Oklahoma City no cambia. El Thunder confía en aplicar lo aprendido cuando vuelva a enfrentar a San Antonio el 13 de enero, nuevamente en casa, y quizás más adelante en la temporada.
“Es fácil aprender a través de las derrotas”, cerró Gilgeous-Alexander. “Las sientes de inmediato, odias la sensación y eso te motiva. Nuestro objetivo es ser un equipo mucho mejor al final de la temporada que el que somos hoy”.







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