CDMX (8 de diciembre de 2025).- A dos años de su inauguración, el Tren Maya continúa dependiendo fuertemente del subsidio federal para operar, pues el apoyo gubernamental equivale a 10 veces los ingresos generados por la venta de boletos y souvenirs.
De acuerdo con datos oficiales, en 2024 el tren registró 275 millones de pesos en ventas, mientras que sus gastos operativos ascendieron a 2 mil 837 millones de pesos, una brecha que especialistas califican como insostenible.
“Visto desde un punto de vista financiero, es un proyecto perdedor, pues en 2024 reportó 275 millones de pesos en ventas de boletos y souvenirs, pero sus gastos operativos fueron por 2 mil 837 millones de pesos, es decir, 10 veces sus ingresos”, señaló Gerardo Herrera, experto en negocios de la Universidad Iberoamericana.
El académico cuestionó la viabilidad económica del proyecto ferroviario impulsado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador:
“¿Qué negocio se sostiene cuando sus ventas son entre 2 y 10 por ciento de sus gastos operativos?”.
Herrera advirtió que, pese al crecimiento gradual en el número de pasajeros, la rentabilidad podría tardar entre 10 y 20 años en alcanzarse, periodo en el cual el Gobierno tendría que seguir absorbiendo pérdidas significativas.
“Y en todo ese tiempo se le tendrá que meter dinero, y mucho dinero… si el Tren anda acumulando pérdidas de 2 mil 500 millones de pesos por año, si lo multiplicamos por 10 años, son 25 mil millones de pesos”, dijo.
Para el especialista ferroviario Carlos Barreda, uno de los mayores desafíos del Tren Maya será justificar los subsidios federales a mediano y largo plazo. Recordó que se trata de un servicio con orientación turística y costos elevados.
Barreda sostuvo que los usuarios deberían cubrir el costo real de los boletos para reducir la carga al erario.
De acuerdo con la administración del propio tren, las operaciones representan:
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275 mdp: ventas por boletos y souvenirs en 2024.
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2,837 mdp: gastos operativos del mismo año.
Aunque el Tren Maya es presentado por el Gobierno como un motor de desarrollo en el sureste del país, especialistas coinciden en que su sostenibilidad financiera continúa en duda y requerirá subsidios significativos durante varios años más.







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