Cristiano Ronaldo robó la escena en la Casa Blanca la noche del martes cuando apareció en una cena ofrecida por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, en el marco de la visita del líder saudí a Washington.
La presencia del astro portugués se había rumorado desde horas antes y se esperaba tuviera una reunión privada con el mandatario de Estados Unidos, aunque la Casa Blanca no confirmó este encuentro.
Lo que sí sucedió fue su presencia en la noche donde robó las miradas y la atención de Trump quien dirigió palabras al portugués durante su discurso de bienvenida, subrayando —en tono humorístico— que su aparición en la velada incluso podría mejorar la imagen paterna ante su hijo menor, Barron, quien parece tener una admiración por el lusitano.
“Esta sala está llena de los más grandes líderes del mundo, tanto de negocios como del deporte, y mi hijo es un gran fanático de Ronaldo. Sé que Ronaldo está aquí. Barron lo va a conocer y creo que respetará a su padre un poquito más después de que se lo presente. Por eso quiero agradecerle mucho a Ronaldo”, expresó Trump ante los micrófonos.
La presencia del delantero del Al-Nassr, quien tiene contrato con el club saudí hasta 2027, se produjo mientras Washington busca estrechar lazos con Riad y en un momento clave para bin Salman, quien intenta mejorar su imagen internacional tras el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi, residente en Estados Unidos.
Cristiano Ronaldo se ha convertido en el emblema de lo atractivo que puede ser el deporte árabe y su liga donde otras estrellas han militado gracias a los contratos millonarios que pueden obtener. Durante el evento se tomó una foto donde estaba su futura esposa y actual pareja, Georgina Rodríguez, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, así como el multimillonario Elon Musk.
Ronaldo, con más de 950 goles entre su carrera de clubes y la selección portuguesa, ya había expresado recientemente en una entrevista con el periodista Piers Morgan su interés por conocer a Trump, a quien reconoció por su trayectoria empresarial y política.
La cena formó parte del primer encuentro formal entre un presidente estadunidense y un miembro de la realeza saudí en más de ocho décadas, subrayando el peso geopolítico del acercamiento entre ambos países.
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