El expresidente brasileño Jair Bolsonaro comenzó este martes a cumplir una condena de 27 años de prisión por encabezar un plan golpista tras perder las elecciones de 2022. El histórico fallo marca la primera vez que un exmandatario de Brasil es sentenciado por intentar abolir el orden democrático.
Bolsonaro permanece recluido en la sede de la Policía Federal en Brasilia, el mismo lugar donde fue detenido de manera preventiva el pasado sábado, luego de que el juez del Supremo Tribunal, Alexandre de Moraes, considerara que existía riesgo de fuga. El exmandatario había manipulado su tobillera de rastreo, lo que precipitó su arresto.
Condiciones de reclusión y proceso judicial agotado
Según información de la Policía Federal, Bolsonaro está aislado de otros internos en una habitación de 12 metros cuadrados equipada con cama, baño privado, aire acondicionado, televisor y escritorio. La ley permitía su traslado a una prisión militar o penitenciaría común, pero De Moraes determinó que se mantuviera en las instalaciones actuales.
El juez también concluyó el lunes que la defensa del expresidente agotó todas las apelaciones disponibles contra la sentencia. Los abogados habían solicitado que cumpliera la condena bajo arresto domiciliario por motivos de salud, pero la petición fue rechazada.
Bolsonaro, de 70 años, permanecía bajo arresto domiciliario desde agosto. Tras romper su monitor de tobillo —hecho que él atribuyó a “alucinaciones”— fue detenido nuevamente. El magistrado desestimó esa explicación en su orden de arresto.
Golpe fallido, conspiración y altos mandos implicados
El expresidente fue declarado culpable de liderar un intento de golpe que incluía planes para asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al vicepresidente Geraldo Alckmin y al propio juez De Moraes. También se le atribuye dirigir una organización criminal armada y promover actos de insurrección en 2023.
Varios de sus colaboradores cercanos también comenzaron a cumplir condenas. Los generales Augusto Heleno y Paulo Sérgio Nogueira fueron enviados a instalaciones militares; el exministro de Justicia Anderson Torres fue trasladado a una penitenciaría en Brasilia; y el almirante Almir Garnier cumplirá su pena en dependencias de la Marina.
En contraste, Alexandre Ramagem, exjefe de inteligencia, continúa prófugo y se presume que se encuentra en Estados Unidos.
Una influencia política que persiste
Aunque se le prohibió competir en elecciones hasta 2030, Bolsonaro mantiene un peso considerable en la política brasileña. Encuestas recientes indican que sería un contendiente fuerte si pudiera postularse en 2026. Su figura también ha generado tensiones diplomáticas: el expresidente mantiene una alianza con Donald Trump, quien calificó el juicio como una “cacería de brujas”.
La condena de Bolsonaro se suma a una lista de expresidentes que enfrentaron prisión, pero marca un precedente histórico al tratarse del primero en ser sentenciado por un intento de golpe de Estado.







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