El deporte siempre ha tenido una mezcla de emoción, pasión y rivalidades. Sin embargo, algo ha cambiado en los últimos años. La competitividad ha trascendido el campo de juego para llegar también a nuestros teléfonos móviles, haciendo que no solo lo sigamos diferente, sino que también lo vivamos de otra forma. Y es que, al mismo ritmo que se llenan las gradas de los estadios, también se están llenando las pantallas y las interacciones online.
¿Uno de los grandes responsables de esto? Sin duda, el auge de las apuestas deportivas, que no solo han hecho proliferar mejores tecnologías de streaming de partidos, sino que también le han dado un toque más interactivo a cada partido. Ver un partido de fútbol, un Grand Slam o un GP de Fórmula 1 ya no es algo pasivo, ahora también implica poner a prueba conocimientos sobre el deporte en tiempo real a través de las plataformas de apuestas y casinos.
El deporte ahora se vive distinto desde el sofá…
Si antes todas las miraban iban siempre a los marcadores, ahora el foco de atención se reparte entre estadísticas, pronósticos y jugadas clave. Las apuestas han hecho que cada encuentro, sea entre dos grandes titanes o entre casi desconocidos, se convierta en un pequeño reto personal para millones de personas (unos 144 millones según datos de Statista). Ya no solo se observa quién gana o pierde, ahora se intenta adivinar quién marcará en los primeros 15 minutos, quién anotará más puntos o incluso cuántas sanciones se van a realizar.
Este nuevo escenario convierte al espectado en una especie de analista que trata de poner a prueba sus conocimientos y que intenta observarlo todo al detalle. Ya no solo se anima, ahora también se estudian alineaciones, condiciones meteorológicas y hasta el estilo que tiene cada árbitro. Sí, ver deporte en casa se ha vuelto una experiencia mucho más interactiva, una que ha reforzado la conexión entre lo que hay ambos lados de la pantalla.
De hecho, las retransmisiones deportivas también han evolucionado. Conscientes de este nuevo tipo de público que tienen, ahora hay eventos en los que hasta los comentaristas analizan cuotas de apuestas en algunos mercados, se muestran gráficas en vivo con datos y hasta las apps oficiales de los equipos dan datos que antes eran solo cosa de expertos. A su manera, “ayudan” a los espectadores que apuestan, y también a aquellos a los que simplemente les gusta estar informados.
… y también en el estadio
El aficionado de ahora ya no es un simple espectador o animador en las grandes. Pongamos por ejemplo el partido de México contra Italia del Mundial Femenil Sub-17 de comienzos de noviembre. Las gradas se llenaron de vítores, cánticos y ánimos a ambos mandos. Pero entre ellas también había aficionados que miraban el partido con otros ojos: los de un analista deportivo.
Y es que cada ofensiva no es solo una oportunidad para el equipo, sino también para que las cuotas cambien rápidamente y haya que analizar cuál es la mejor opción. Más aún en un encuentro como aquel, que se decidió con unos penales que tenían al público en vilo: algunos por saber si la selección pasaría o no; otros por saber si finalmente habían acertado con sus pronósticos y por qué.
Hay clubes que ya incluso incluyen las estadísticas en tiempo real del encuentro en sus pantallas gigantes. Antes bastaba con un marcado, los escudos y los tiempos. Ahora, sin embargo, muestran datos de pases, tiros a puerta, posesión y otras variables que influyen mucho en las apuestas. Es más, hasta las apps de algunos estadios o clubes incluyen este tipo de información útil para quienes analizan los encuentros con un ojo más crítico.
Es cierto que las apuestas y el deporte siempre han caminado juntos, pero también es innegable que en los últimos años su relación se ha convertido en una especie de simbiosis que lo ha cambiado todo. Solo hay que pensar en cómo ya no es necesario ir a un bar a ver un partido de fútbol o de basket, porque es posible verlo directamente desde el teléfono gracias a una app de una casa de apuestas, o de un proveedor de streaming que lo ofrece previo pago. Todo se ha democratizado mucho más.
Y esto, aunque se achaca principalmente a la proliferación de las casas de apuestas y los juegos de azar, tiene también mucho que ver con el propio avance de la tecnología. Las conexiones han mejorado, los dispositivos se han perfeccionado, y el resultado es un entorno que facilita el disfrute más interactivo de cada evento deportivo. Ahora podemos verlo, comentarlo y saborearlo donde y cuando queramos, incluso con quienes queramos, aunque estén a kilómetros de distancia. Si se disfruta mejor o peor así, esa es una cuestión que depende del público. Pero, desde luego, ahora hay más opciones para disfrutar del deporte que antes.







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