Otro animal en el Congreso…

“Para iniciar la campaña haré una cabalgata, pero de puros caballitos de tequila”, dijo VICTOR CONTRERAS, El Coyote, cuando por no dejar, o como él mismo decía, porque no tenía nada que hacer, le entró a una contienda electoral en pos de una diputación local.

“Si llegó a ser diputado qué más da, sería solo otro animal en el Congreso” entre sonrisas contestaba El Coyote cuando le preguntaban si ganaría la elección.

¿Qué piensas hacer cuando seas Diputado? Igual se le preguntó “púes el ridículo” contestó con su sorprendente agilidad mental y relajada manera de llevar una conversación.

Se recuerda ese episodio de la vida de VICTOR CONTRERAS, El Coyote, hoy que ya está en el cielo rindiéndole cuentas al creador, pues fue un personaje que rompió esquemas, que parecía educado por MARIA MONTESSORI, libre, hacia lo que le venía en gana.

No le temía a la verdad, aunque no fuera a su favor la tomaba con buen humor, porque entre broma y broma la verdad se asoma. Como buen mexicano se reía hasta de sus desgracias, sabía que de ellas aprendía, aunque en ocasiones los esquemas repetía, y como la vida también es de sobresaltos El Coyote en baches existenciales también caía, pero de ellos salía y su travesía por este mundo seguía.

Entre el sarcasmo, el humor negro, lo despreocupado y el conocimiento del pueblo, un día se levantó uno de los buenos periodistas de la Entidad para ser candidato, en torno a él se vertían muchas historias, algunas tal vez ciertas, otras muy ciertas, y las que no lo parecían por su forma de andar por la vida.

Pero de todas ellas, como candidato, lo que más debía conocer el pueblo era su desinterés por las cosas materiales, o por la estabilidad económica, pues era más su pasión por vivir la vida tal y como llegara, sin exigirle más de lo que le quiera dar, lo irónico, fue invitado por el Partido del Trabajo, con el cual no tenía ninguna similitud. Y es que El Coyote siempre se dijo apartidista, “trabajar en serio, como para qué”, decía,

Con gran instinto periodístico, no traía en su morral las promesas hechas sin verdad, más bien traía resultados en una desgastada cartera, porque era sincero y afirmaba que no iba por mucho dinero y que ahí cabía todo.

En lo personal, conocía a VICTOR CONTRERAS PIÑA desde antes que se dedicara al periodismo, como catedrático en la preparatoria nos impartió la materia orientación vocacional, entre bromas decía que él era el desorientado, que aún no encontraba su verdadera vocación, pero a su estilo siempre al grupo de rebeldes preparatorianos controló y de todos, el respeto se ganó.

Posteriormente como coordinador de la carrera de Relaciones Públicas en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT, maestro de periodismo en la primera generación, decía que él aprendía echando a perder, lo cierto es que CONTRERAS PÍÑA dejó una enseñanza de vida a sus alumnos y compañeros universitarios.

Jamás se le vio de mal humor, en las aulas no era el maestro o el directivo, era el amigo, el compañero tratando de que todos vieran la vida más afable, más llevadera, sin presionarse por lo que no se pudiera solucionar y luchando por lo que se quería lograr.

Así fue El Coyote, como mejor le conocía en el medio periodístico, un excelente publirrelacionista, una persona que olfatea los recursos y los podía hacer llegar a los más necesitados, un hombre bohemio que aprendió a quitarse la camisa por un buen amigo, pero también a disfrutar mucho la vida tal y como llegara.

Los rancheros dicen que los coyotes son animales astutos, tienen olfato muy definido, libres, se les ve en ocasiones solitarios, pero siempre están puestos para defender a los de su raza, quizá por eso, así, como El Coyote, era conocido VICTOR CONTRERAS.

En fin, la situación es que, lamentablemente el periodismo tamaulipeco perdió a uno de los grandes, VICTOR CONTRERAS PIÑA, El Coyote dejó este mundo hostil y cada vez más lleno de maldad y se fue a un mejor lugar, en la memoria de muchos tamaulipecos estará el coco” de los malos políticos, pero amigo de los amigos, el personaje que quiso ser sacerdote, pero prefirió ser padre, el excelente periodista que jugo a ser candidato porque muy probable sería “otro animal” en el Congreso.
Q E P D.