Después de dos décadas y casi un lustro del presente siglo, en el que los adelantos tecnológicos nos tienen bastante ocupados como para olvidar las relaciones interpersonales, lo cual nos lleva a escatimar la participación ciudadana, pues el enrarecido ambiente de la inseguridad, aunado a la cantidad de baches por cruzar, hace que el desencanto se palpe.
Permítanme ustedes un minuto, voy a enviar un Whatsapp a mi esposa que está en la cocina para que me prepare el desayuno.
Gracias.
Pero volvamos al tema, la “DANA” en Valencia España nos preocupó más que el desbordamiento del rio en Poza Rica, de esto tal vez tuvo la culpa la Gobernante de Veracruz, pues según ella en su primera declaración, fue un ligero desbordamiento del Rio Cazones.
Algo pasa en los gobiernos, no tienen espacio los talentos, los cacicazgos pueblerinos se imponen, la ausencia de intelectuales es notoria y prevalecen los compromisos familiares, conformando una serie de errores que en el 2027 o en el 2030 pagarán en las urnas los partidos.
De esto no se salva nadie, sus acciones determinan su destino, algunos con valentía otros a la pepena, sin importar el origen del producto, pues de cualquier color es bueno, no olvidemos que la popularidad, negativa o positiva es popularidad al fin.
Urgen y mucho, (esto es algo que la sociedad comenta cada día más), las candidaturas ciudadanas, pues la desconfianza en las siglas ha sentado ya sus reales y las simulaciones son cada vez más evidentes.
El ciudadano común y corriente, huye cada que puede del compromiso obligado, la falta de sensibilidad en el manejo de las masas por parte de los partidos políticos, provoca una desbandada que desprecia por igual un color u otro.
Como siempre sucede, en quien se nota más es en los jóvenes, pues de acuerdo con las estadísticas son ellos quienes menos confianza tienen en los procesos electorales.
Y esto tiene su lógica, la minimización de la participación estudiantil en los procesos de elección de sus dirigentes obedece a la cada vez más notoria presencia de los adultos en las decisiones que ellos solos deben de tomar.
A veces son los maestros quienes intervienen para dejar en claro desde temprana edad, que los “preferidos” existirán por siempre, que las clases sociales y el “amiguismo” son la base de la tranquilidad y que la única ley es la “Ley de Herodes”.
Hace ya muchos años que los estudiantes de preparatoria dejaron de ganar la calle para mostrar al pueblo su decidida participación democrática.
Desde hace muchos años las escuelas preparatorias tienen candado en sus puertas, para que los niños no se salgan y también desde hace ya mucho tiempo los obligan a uniformarse.
La edad de la inconformidad ha sido nulificada, con el pretexto de la posible creación de “porros estudiantiles”, las agrupaciones han sido minadas y la posibilidad de mostrar el desencanto ante la sociedad se ha perdido por completo.
La válvula de escape de que se disponía fue cerrada por intereses aviesos, ya no hay muchachos robando cerveza en los OXOs, ya no hay jóvenes secuestrando camiones urbanos, ya no hay turbas quemando patrullas.
Mientras nosotros nos distraemos con las redes sociales, la inconformidad de la juventud existe y no ha desaparecido, ahora, revisando las estadísticas del promedio de edad de los delincuentes caídos en enfrentamientos con los guardianes del orden, creo saber por dónde andan LOS INCONFORMES.
Jorge Alberto Pérez González
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