Siete millones de personas participaron en más de 2 mil 700 manifestaciones en las 50 entidades de los EE. UU., en rechazo a la política antidemocrática de Trump.
Bajo el lema “No a los reyes”, luchadores sociales, celebridades, organizaciones y ciudadanos, condenaron las maniobras para acotar contrapesos institucionales y concentrar poder unipersonal, sin precedente en ese país. Trump se considera poseedor de poder absoluto, pero “no tenemos reyes y no cederemos ante el caos, la corrupción y la crueldad”.
La democracia en EE. UU., ha estado en contradicción política, legal y social pues la igualdad ante la ley se rompe con la esclavitud de miles de africanos y descendientes, así como con la negación de derechos e identidad de todos los pobladores originales del territorio que llegaría a ser EE. UU.
Esta situación aún persiste. En 1965 los afrodescendientes adquirieron derechos civiles, pero no se acabó con la segregación racial que hoy se normaliza. Se recurre al uso de la seguridad nacional como pretexto para la vigilancia intrusiva, la censura y la limitación masiva de libertades que se usó en el siglo pasado con la excusa del “peligro comunista”, y en todo lo que va de este bajo “guerra contra el terrorismo”.
Lo que ha cambiado es el abandono de la forma institucional, la fácil impunidad con que Trump y funcionarios atropellan las leyes y el giro del grupo gobernante de la oligarquía de EE. UU., basada en la lealtad de clase, hacia un culto a la personalidad de simbología fascista.
Es esperanzador que millones de personas repudien el totalitarismo que comparten otros gobiernos, como el nuestro. ¿La democracia en EE. UU., y otros países tendrá el nivel de institucionalidad previo a las maniobras para acotarla? La visión es que se continuará atacando libertad y democracia
Ante la ausencia opositora partidista, el pueblo de EE. UU., tomó la acción, lección que, en otros países, incluyendo México, debemos aprender y exigir al gobierno visión social global y no se debe permitir que un grupo de poder imponga el modo de vida.
Aunque la presidente Sheinbaum mantiene alto grado de aprobación, AMLO y Morena están enredados en corrupción y en atracos a la Constitución al apoderarse de los Poderes Legislativo y Judicial, tradición del Poder Ejecutivo en México. Lo que sucede es que “éstos dicen y repiten, que son diferentes”.






Discussion about this post