Adiós Hércules…

Dicen, y dicen bien que el perro es el mejor amigo del hombre, pues ellos, los perritos, jamás desconocen a quien les da de comer, como lo hacen muchos encumbrados que desconocen al pueblo, tampoco son mal agradecidos con la casa que el da cobijo, como muchos políticos que abandonan el partido que les dio poder fama y fortuna, son fieles, no como algunos personajes que traicionan a sus amigos a cambio de algún puesto público.

Sin duda alguna los perros son seres vivos sensibles, cariñosos, que dan alegrías y felicidad, sin importar la especie, el tamaño o edad, se trasforman en fieras para defender su casa, su familia, razón por que, cuando de este mundo se van se les extraña, en ocasiones más que a familiares lejanos.

Y si, justo eso es lo que se siente con la partida del GRAN HERCULES que dejo este mundo y deja una profunda tristeza en su familia, pues, de una manera u otra, todos los integrantes crecimos con él, al morir deja vacío, silencio, la casa no será la misma sin él.

Con EL HERCULES se vivieron tiempos muy felices, estuvo en las buenas, las malas y las peores, siempre ahí, atento a todo lo que rodeaba, protegiendo, dando seguridad, provocando alegrías y felicidad.

Era un perro sí, bóxer atigrado, pero tenía más fidelidad, nobleza e instinto de protección que muchos seres humanos, parecía entenderlo todo, solo le faltaba hablar. A su FAMILIA siempre acompañaba y hasta el sueño les velaba. Él se sentía humano, los domingos de barbacoa esperaba, ese día las croquetas ignoraba.

De todo lo que sucediera en la casa HERCULES se enteraba, si se trataba de algo que pudiera hacer daño a la familia él no descansaba hasta que lo alejaba o con el intruso acababa. Si, también hacia berrinche cuando le daban de comer lo que a él no le gustaba, en señal de descontento volteaba la cara y a la gente ignoraba, cuando hacia una travesura y lo regañaban echaba las orejas hacia atrás y ponía ojos de perro regañado, él sabía que con eso estaba disculpado.

Se fue el HERCULES, el amigo fiel, el que todos los días me acompañaba por las tardes en la oficina, nunca hubo un momento de soledad pues él siempre estaba cerca. La casa no será la misma, pero en el pino de navidad, como cada año, estará su bolsita con su huella, la esfera con su fotografía.

Ya duerme el sueño eterno el GRAN HERCULES, su cuerpo fue entregado a la tierra, su última morada rodeada árboles y flores estará, el trino de las aves y graznar de los pavorreales le acompañaran, en su tumba un rosal florecerá, tal y como era él, al sol, el aire, el frio y la lluvia desafiara.

Cierto, tenía que descansar pues ya no era el impetuoso HERCULES de su juventud, ya era un anciano, veía y escuchaba menos, pero presentía y sentía igual que siempre. Ni la deficiencia renal o el cáncer le vencían, él daba la batalla, pero ya no podía más, dejo de comer por días, medicamentos no funcionaba, los veterinarios decían que por sus males mucho sufría, pero él a irse se resistía, luego de platicar con él todo un día, sabiendo que entendía, con un gran acto de amor se le dio el último adiós, se fue sin dolor, se durmió y no despertó.

17 años le dio de alegrías a la FAMILIA, estaba por cumplir 18, en las reuniones familiares él estaba presente y hasta participaba en los juegos. Su recuerdo perdurara por siempre. GRACIAS POR TANTO HERCULES, vuela al cielo de los perros, cuando sea el momento de nuestra partida de este mundo, que esperamos sea PRIMERO DIOS en muchos, muchos, años, te encontraremos para que nos ayudes a cruzar el rio.
ADIOS HERCULES, TE EXTRAÑAREMO AMIGO FIEL.