Por lo general voy a caminar una hora por las noches a la pista de tartán del estado “Marte R. Gómez” de la Unidad Deportiva “Adolfo Ruiz Cortines” en el centro de Cd. Victoria, Tamaulipas.
Y como no acudí sábado ni domingo, hice el esfuerzo por retomar esa dinámica el lunes muy temprano, así que me enfundé en ropa deportiva y tenis para acudir al estadio.
En las noches me voy en mi auto, pues las calles obscuras y baches en el centro de la ciudad son riesgosos. Hoy, siendo de día, me aventuré a ir caminando desde casa.
Partí cera de la plaza del 22 Hidalgo a la avenida Francisco I, Madero (El 17) pasando a un costado de la alcaldía. Llamaron mi atención la extraña limpieza alrededor del palacio municipal y unos anuncios sobre el 4 Informe del alcalde Eduardo Gattás, con la leyenda “4 Años de Resultados”.
Tomé el camellón central de peatones de la avenida 17 (herencia de Egidio Torre) y enfilé al norte rumbo a la Unidad Deportiva. Como siempre había basura a lo largo de ese trayecto, una de las calles más icónicas de la ciudad.
Crucé la avenida Carrera Torres y entré al Estadio de Fútbol para hacer mi rutina. Había decenas de personas desde las 6:30 horas. Así que caminé, caminé y caminé disfrutando la fresca mañana y los primeros rayos del sol que son los más sabrosos.
Al filo de las 7:30 horas se escuchaba el sonido con un maestro de ceremonias, pues en el área del “Patinadero” se realizarían los Honores a la Bandera por parte de las autoridades estatales, encabezados por el gobernador Américo Villarreal Anaya y su gabinete.
Opté por quedarme un rato para presenciar la ceremonia, pues había una leyenda de fondo que decía “Día Mundial del Corazón” y como tenemos gobernador cardiólogo, se esperaba un interesante mensaje.
El sitio empezó a llenarse con burócratas, estudiantes de enfermería y poco a poco aparecieron los funcionarios de medio nivel hacia arriba, casi todo el gabinete, aunque la Secretaría que llevaba la batuta era Salud, a cargo de Vicente Hernández Navarro, por obvias razones.
Por tratarse de honores a la bandera en el centro de la ciudad y ser la fecha del 4 informe de alcalde Eduardo Gattás, enfoqué la mirada en el presídium y las primeras filas, pero en ningún lado estaba. No fue invitado, como a casi todos los actos del Gobierno Estatal en la capital.
Como en los boletines alegres del Ayuntamiento se pregona armonía, cercanía y respaldo, que en los hechos no ha ocurrido desde octubre del 2024, me entró la curiosidad de lo que podría darse en los patios del Ayuntamiento a las 6 de la tarde y puse en mi agenda acudir al informe.
Así que apreté mis actividades laborales de mañana y tarde. Salía de la oficina poco antes de las 4:00 para ir a comer y después pasaría a casa para cambiar el atuendo a formal para asistir al acto solemne.
Sin embargo, al salir de la oficina tropecé con un escombro abandonado hace meses por trabajadores de COMAPA. A unos pasos había rastros de basura regada de al menos ocho días que el camión recolector que pasa cada tercer día no recoge.
Empezaron a ausentarse las ganas de ir a escuchar cifras alegres y montos rimbombantes de inversiones en la voz pillona de Gattás.
Abordé rápido el auto y empecé a esquivar baches a solo cien metros de la oficina, muy cerca de las Oficinas de la Auditoría Superior del Estado, ahí donde tiene algunas observaciones de sus cuentas el jefe edilicio.
A los hoyancos tradicionales, ya registrados en mi memoria y que esquivo sin problema, se suman muchos más pequeños pero profundos en casi todas las calles del centro.
Los hay en la calle Berriozábal, en el Nueve enfrente de la Rectoría de la UAT, de la Plaza Hidalgo, del tradicional Café Cantón, en el 7 y 8 Juárez y el 7 y 8 Hidalgo.
Por si fuera poco, en las inmediaciones del mercado Pedro J. Argüelles, el comercio ambulante tiene invadidas banquetas y parte de las calles con la permisividad del Ayuntamiento y sin corresponsabilidad de limpieza a imagen pública. Basura por doquier, tanto del ambulantaje como algunos comercios formales con fama de ecolocos como Milano.
Después de comer, me entretuve en el centro en un asunto familiar, así que aceleré el paso y el auto con cautela para ir eludiendo baches y mini baches profundos por dos kilómetros más de calles sucias y de pobre alumbrado público.
Al llegar a casa encontré cables de TELMEX tirados y el tráfico limitado a un carril, en un choque en el 21 Hidalgo derribaron un poste de la empresa y lo reponían, así como el cableado.
El incidente, más la obscuridad de la calle 21, derivada del robo de cable de alumbrado público que dejó fuera de servicio cuatro lámparas terminó por desmotivarme.
Y es que recordé que el siniestro se reportó de inmediato a funcionarios del Área de Alumbrado Público del Ayuntamiento de Victoria, pero seguimos esperando la respuesta. Ni tener como vecino a un alto funcionario de la Fiscalía General de Justicia ha valido.
Así es que finalmente opté por no ir a escuchar “los grandes avances” que pregonaría el reelecto con calzador alcalde victorense Eduardo Abraham Gattás Báez.
Seguramente pintó una ciudad color de blanco y rosa.
Pero un servidor, como la mayor parte de la ciudadanía, tenemos otros datos, los reales.
Y quizá sea cierto el slogan de su publicidad del informe.
Cuatro años de resultados.
Pero los resultados son buenos, regulares o malos.
Y en caso, desde mi punto de vista son malos.
Les pulso en el recorrido diario de unos diez kilómetros en el área del corazón de la capital tamaulipeca, donde las condiciones son de regulares a malas en la calidad de los pavimentos, alumbrado público y recolección de basura, las principales tareas del alcalde de la ciudad.
Salvo su mejor opinión, estimado lector o lectora.
Ya veremos mañana las crónicas del culto a la persona y la soberbia que le caracteriza.
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