En un discurso polémico ante la Asamblea General de la ONU, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu lanzó una advertencia rotunda: “No nos impondrán un Estado palestino; no cometeremos un suicidio nacional solo porque ustedes sean débiles”.
Con esas palabras, rechazó la idea de una Palestina autónoma y la transformó en una cuestión de supervivencia nacional israelí. Netanyahu aseguró que Israel, a lo largo de los últimos años, ha librado conflictos simultáneos.
“En los últimos dos años Israel ha tenido que librar una guerra en siete frentes, con muchos países oponiéndose. Mientras nosotros luchamos contra terroristas, ustedes luchan contra nosotros”, dijo Netanyaho buscando contextualizar su retórica defensiva ante las críticas internacionales.
Durante su intervención, mientras leía los nombres de los rehenes en Gaza, se escuchó un grito desde el público que intentó interrumpirlo y al inicio del discurso, muchos de los diplomáticos abandonaron la sala de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Además, durante su discurso, señaló que, en la sala de la ONU, vacía durante gran parte de su intervención, se exhibían retratos de varios niños en un stand vinculado a la delegación de Irán como contraste visual de su mensaje. Esa imagen fue usada como recurso simbólico mientras denunciaba amenazas externas y presuntas agendas contra Israel.
Netanyahu abandonó cualquier retórica conciliadora al afirmar que cada pérdida civil para Israel era una tragedia, mientras que para Hamás constituye una estrategia: “Para Israel cada pérdida de un civil es una tragedia, para Hamás es una estrategia”, y respondió con una serie de acusaciones contra la Autoridad Palestina:
“Me dicen que la Autoridad Palestina nos prometió que se reformaría. Llevamos décadas escuchando estas promesas. Siempre prometen y nunca cumplen. La Autoridad Palestina es corrupta hasta la médula. Enseñan a sus hijos a odiar a los judíos […] No permitiremos dos Estados” concluyó sin completar la frase. También subrayó que Israel no aceptará una estructura paralela
El primer ministro negó con vehemencia las acusaciones de ataques deliberados contra civiles: “Lo que se dice de ‘genocidio’. Se nos acusa de atacar deliberadamente a civiles. Es lo contrario […]. Hamás les amenaza para que se queden en Gaza, es una estrategia” . Aseguró además que Israel aplicaría “más medidas para minimizar las bajas civiles que cualquier otro ejército en la historia”.
Netanyahu también planteó una comparación provocadora con acontecimientos globales de dolor colectivo: “Los palestinos celebraron los ataques del 7 de octubre, de la misma manera que celebraron otro horror, el 11 de septiembre. Bailaron en los tejados. Aplaudieron.” También acusó al mundo de doble moral al afirmar: “Las mentiras antisemitas tienen consecuencias”, citando como ejemplos el caso de un anciano sobreviviente del Holocausto que fue quemado vivo en Colorado y el asesinato de una joven pareja frente al Museo del Holocausto en Washington.
En un tono más ofensivo, Netanyahu finalizó diciendo que “muchos de los líderes que nos condenan públicamente en privado nos dan las gracias, y me dicen que valoran los servicios de inteligencia de Israel, que han salvado innumerables vidas.” También lanzó una crítica más directa al señalar que “los líderes débiles del mundo se rindieron bajo presión”.
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