“¿Dónde estaban? Digan, ¿dónde estaban sus compañeros de trabajo? ¿Dónde estaban? Mientras su familia lloraba, ustedes estaban escondidos ahí”.
El reclamo lo hizo entre lágrimas la sobrina del subcomandante Roberto Méndez, asesinado el lunes 14 de julio en Mexicali tras recibir 88 disparos. La ejecución del agente, que ya es investigada como un crimen planeado y perpetrado por la delincuencia organizada, ha estremecido a la corporación municipal.
En el video del momento del asesinato, difundido ampliamente en redes sociales, se aprecia cómo fue emboscado mientras salía a realizar llamadas desde su teléfono personal. Ese mismo dispositivo ahora es clave en las indagatorias de la Fiscalía de Baja California.
Durante el velorio, la policía municipal montó una Guardia de Honor. La familia del comandante, visiblemente afectada, pidió respeto y exigió una investigación a fondo.
“Salir y encontrar todo lo que encontré es algo que no se lo deseo ni a la persona que fue, pero sí exijo justicia, y que me dejen cremarlo, por favor. Él no estaba coludido con nadie”, afirmó su esposa frente al féretro.
La Fiscalía estatal confirmó que el crimen fue premeditado. María Elena Andrade, fiscal de Baja California, detalló que el teléfono del comandante fue usado como señuelo.
“Fue un crimen planeado, fue un crimen organizado. Ya lo estaban esperando. Él salió a hacer llamadas y obviamente se usó ese teléfono. Por eso es bien importante para la investigación el contenido de ese aparato telefónico. Se está investigando a gente cercana, a otros agentes; todo el entorno familiar es importante para nosotros”, declaró.
La ejecución del subcomandante ha abierto múltiples líneas de investigación, incluso dentro de la propia corporación municipal. El director de la Policía de Mexicali, Luis Felipe Chan, fue cuestionado sobre una posible traición interna.
“¿Lo pusieron al agente?”, se le preguntó directamente.
“¿Perdón? Umm… no sé, no me atrevería yo a afirmar algo en ese sentido. Creo que habría que esperar a que la Fiscalía dé un avance en cuanto a la investigación en general”, respondió.
El crimen ha sacudido a la ciudad y dejado una ola de dudas. Durante el sepelio, un familiar gritó con desesperación: “¡Fueron los rusos! ¡Fueron los rusos, busquen a los rusos!”.
Mientras las autoridades intentan esclarecer lo ocurrido, la familia del comandante exige algo básico: justicia, verdad y dignidad para un hombre al que, insisten, “le fallaron todos”.
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