El mercado de autos seminuevos en México está pasando por un bache. A pesar de los esfuerzos de las principales marcas por ofrecer precios competitivos y planes de financiamiento atractivos, las ventas no logran despegar. ¿La razón? La regularización de los llamados autos “chocolate” está cambiando las reglas del juego.
Un decreto que cambia las prioridades
La extensión del decreto que permite legalizar vehículos provenientes de Estados Unidos ha puesto en jaque a los distribuidores de seminuevos. Estos autos, que suelen ser más baratos tanto en su precio inicial como en los trámites para su regularización, se han convertido en una opción más atractiva para muchos compradores.
“Parte fundamental de la disminución en la venta de estas unidades, tiene que ver en la prolongación del decreto que permite la regularización de los vehículos de procedencia norteamericana, cuyo costo de adquisición y pago de derechos de control vehicular, es menor al que se oferta en seminuevos”, consideró Antonio Medina Chávez, director de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores.
Seminuevos: una venta cuesta arriba
Las marcas automotrices están sintiendo la presión. Aunque los seminuevos ofrecen garantías, calidad certificada y opciones de financiamiento, el precio sigue siendo un factor decisivo para los consumidores. Comparados con los autos “chocolate” regularizados, los seminuevos enfrentan una competencia que no solo es económica, sino también emocional, ya que muchos optan por modelos de mayor tamaño o prestigio a menor costo.
¿Qué sigue para el mercado?
El panorama no es sencillo. Los distribuidores están buscando estrategias para recuperar terreno, pero mientras el decreto de regularización siga vigente, el mercado de seminuevos tendrá que adaptarse a esta nueva realidad. La pregunta es: ¿podrán las marcas encontrar un equilibrio que beneficie tanto a los compradores como a la industria? Por ahora, el camino parece lleno de curvas.
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