Aunque muchas personas desean que el Papa Francisco sea declarado santo, la Iglesia establece que deben pasar al menos cinco años tras la muerte para iniciar el proceso de beatificación. Esta norma busca permitir una evaluación objetiva de la vida y virtudes del candidato, y no se hace una excepción fácilmente, aunque haya un gran clamor popular.
Un legado marcado por la cercanía y la controversia
Francisco fue una figura querida por su sencillez, su enfoque pastoral y su apertura hacia sectores antes marginados dentro de la Iglesia. Sin embargo, su pontificado también estuvo marcado por momentos difíciles, como los casos de abusos sexuales y las críticas por la gestión financiera del Vaticano. A pesar de esto, muchos recuerdan su paso como una transformación espiritual.
Aún no hay peticiones formales para su canonización
Expertos como la profesora Phyllis Zagano señalan que, aunque el proceso podría iniciarse antes de los cinco años por causas especiales, aún no existen solicitudes formales, como sí ocurrió con Juan Pablo II. El impacto emocional por su muerte sigue siendo reciente y la Iglesia necesita tiempo para valorar, con serenidad, su posible camino hacia los altares.
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