El presidente Donald Trump ha justificado la reciente imposición de aranceles a productos provenientes de México, Canadá y China con múltiples razones, incluyendo el impulso a la industria estadounidense, la reducción de la inmigración ilegal y el combate al tráfico de fentanilo. Sin embargo, economistas advierten que estas medidas podrían aumentar los costos para empresas y consumidores en Estados Unidos.
Durante su discurso ante el Congreso, Trump insistió en que los aranceles incentivan la manufactura nacional, asegurando que “las plantas están abriendo en todas partes” y advirtiendo que las empresas que no produzcan en Estados Unidos enfrentarán impuestos adicionales.
A pesar de sus declaraciones, el presidente otorgó una exención de un mes a las importaciones de automóviles de México y Canadá, tras conversaciones con líderes de la industria automotriz.
Además, Trump ha vinculado la imposición de aranceles con su política migratoria, presionando a México y Canadá para reforzar la seguridad fronteriza. En redes sociales, destacó que los cruces ilegales alcanzaron niveles históricamente bajos y, pese a ello, anunció que los aranceles seguirán aplicándose.
Otra de sus justificaciones ha sido el combate al tráfico de fentanilo, alegando que tanto Canadá como México deben hacer más para frenar el flujo de opioides hacia EE.UU. También argumentó que los aranceles fortalecerán la seguridad nacional y ayudarán a equilibrar el presupuesto federal.
Trump ha enfatizado que los ingresos por aranceles harán que EE.UU. sea “rico otra vez”, defendiendo su política con el argumento de que es una medida de justicia y reciprocidad en el comercio internacional.
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