Quizá para la mayoría de lectores el título de hoy no les es desconocido, por lo que en exclusiva para aquellos que no tienen idea, les diré que un Helipuerto es “la pista de aterrizaje o despegue de un helicóptero”, por lo que se entiende que en los altos edificios -públicos o privados- suele haber estos tipos de pistas.
Desde luego que la construcción y operación de los helipuertos está regulada por las autoridades desde arquitectónicas, hasta de aeronavegación en la Secretaría Federal correspondiente.
En la capital de Tamaulipas una información mediática nos ilustró sobre el helipuerto que opera en el nuevo edificio de la Torre de Cristal en el Complejo Bicentenario del Gobierno que tocó construir al gobernador de ‘ojitos verdes’, ahora del Verde Ecologista.
Una nota del periodista potosino Gerardo Duque Lárraga, nos hace pensar sobre los helipuertos clandestinos en parques públicos no solo del terruño querido, sino de cualquier entidad del territorio nacional como reportan el de Tangamanga.
Escribe el también corresponsal del Grupo Milenio y del Grupo Fórmula: “…helicópteros de uso oficial despegan con frecuencia del Aeropuerto Ponciano Arriaga y aterrizan en el Parque Tangamanga I. Operan con matrículas ocultas y desactivando sus rastreadores de vuelo. Estas aeronaves se dirigen constantemente a la Ciudad de México y otros destinos desconocidos, sin que exista transparencia sobre su uso, costos ni propósito.”
Llama la atención esta denuncia por varias razones entre las que destaca el ‘uso oficial’; vuelos del aeropuerto al Parque Tangamanga y de ahí a destinos desconocidos. Aunque el gobernador Ricardo Gallardo Cardona (2021-2027), interpuso un Amparo para evitar la suspensión de operaciones en el helipuerto del Parque Tangamanga I.
El juzgador en turno observó fragilidades en la demanda cuando hizo hincapié sobre la identificación del quejoso o el perjuicio que se provocaba. De la misma forma no se aportaron como clave o permisos de operación para ser una terminal aérea, lo que provocó al tribunal solicitar la claridad que nadie atendió, por lo que el 31 de enero pasado el amparo 86/2025 se desechó.
Se entiende que quedó clara la deficiente justificación de los funcionarios del gobierno de SLP para mantener activo el helipuerto, así como la claridad de ocultar el verdadero uso de estas aeronaves.
El tema es sospecho si recordamos que el gobernador Gallardo fue acusado en el 2015 del desvío de 200 millones de pesos cuando era alcalde del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, incluso fue detenido y encarcelado en el penal federal de Hermosillo, Son., hasta que finalmente lo eximieron.
El Pollo, como suelen nombrar al gobernador de SLP, también se le ha vinculado en repetidas ocasiones con la delincuencia organizada, sin embargo, hasta el momento ha bien librado cualquier embate en su contra.
Lo interesante del tema es reflexionar sobre la existencia de helipuertos -públicos o privados- que operan clandestinamente en cualquier entidad mexicana. Y no me refiero a los usados por los cárteles ahora buscados por Trump. Más bien la reflexión va por aquellos utilizados por la iniciativa privada o el sector público -como el caso que se cita- y son ilegales por carecer de los permisos federales.
“México, ceo en ti” escribió el estridente poeta yucateco, Ricardo ‘El Vate’ López Méndez (1903-0989).
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