Hace treinta y seis años, Tamaulipas fue noticia de impacto nacional e internacional.
Eran tiempos del gobierno de Américo Villarreal Guerra en esta entidad del noreste del país
Y recién había tomado el poder a nivel nacional el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Lo que ocurrió en Ciudad Madero, Tamaulipas a las primeras horas del 10 de enero de 1989 cimbró al país.
Elementos del Ejército Mexicano y de la Procuraduría General de la República detuvieron al cacique petrolero Joaquín “La Quina” Hernández García.
Era el “líder moral” del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y uno de los más poderosos dirigentes sindicales del país.
Las causas, de acuerdo a las versiones oficiales de aquel tiempo, acopio de armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas en su residencia de Cd. Madero, así como el presunto homicidio de un Agente del Ministerio Público Federal.
El entonces poderoso cacique del Sindicato Petrolero y del Sur de Tamaulipas, donde era una especie de “Señor Feudal”, pues definía desde alcaldías, senadurías, diputaciones, jueces, comandantes de policía y hasta el agente de tránsito, fue humillado, pues se lo llevaron en ropa interior.
Junto a él fueron arrestados algunos madrenses que luego fueron liberados en forma paulatina.
El control férreo que tenía del Sindicato Petrolero, así como las estructuras municipales, provocaron una protesta masiva.
Pero nada ni nadie pudo en ese momento lograr su liberación. Ello ocurrió en los sexenios posteriores a Salinas de Gortari.
La sentencia política estaba dada, por haber desafiado al presidente de la república Miguel de la Madrid Hurtado en la fase final de su periodo, luego de que se definiera la candidatura presidencial del PRI a favor de Carlos Salinas de Gortari.
Frases fuertes como “Si se hunde PEMEX se Hunde Usted” calaron hondo en los mandamases de la política mexicana.
A La Quina le pasaron la factura de haber negado el apoyo al candidato presidencial del PRI y respaldado a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en aquel tiempo candidato presidencial del PRD y Frente Democrático Nacional.
Con la caída de Joaquín Hernández Galicia, vino una depuración de los cacicazgos en el país.
Entendió el mensaje y se retiró en forma negociada el cacique magisterial potosino Carlos Jonguitud Barrios, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE.
Entró en su relevo la profesora chiapaneca Elba Esther Gordillo Morales.
Y la limpia de cacicazgos alcanzó a Tamaulipas, pues llamaros a cuentas por evasión fiscal a Pedro Pérez Ibarra en Nuevo Laredo, Agapito González Cavazos, en Matamoros; Reynaldo Garza en Reynosa; así como Diego Navarro Rodríguez, en Tampico.
Se benefició de esa limpia el gobernador en turno Américo Villarreal Guerra, quien pudo gobernar mejor, ya sin las presiones caciquiles de las diversas regiones tamaulipecas. Tamaulipas era sinónimo de “Tierra de Caciques”.
El quinismo no murió del todo, en particular en la zona sur de Tamaulipas, ya que en Madero les alcanzó para que el PRD ganara la alcaldía varias veces, dos de ellas con los hijos de “La Quina”, Juan Manuel y Joaquín Hernández Correa.
Ninguno de ellos tuvo las agallas de su padre, de tal forma que fueron mandatos efímeros.
No se quedaron en la izquierda y fueron a dar a manos de la derecha. Vergonzante fue el rol de Joaquín Hernández Correa ya como Diputado Local por el PAN en el periodo de Francisco García Cabeza de Vaca como gobernador.
Sin embargo, de algunos de los hijos de seguidores de “La Quina”, fuese en las lides sindicales, en los cargos públicos como la alcaldía o de los empresarios favorecidos por el contratismo en PEMEX a la sombra del Sindicato Petrolero, siguen vigentes.
Algunos nombres o apellidos de aquellos tiempos dorados del cacicazgo del “Quinismo” siguen vigentes, ahora bajo el amparo y los colores de Morena.
Erasmo González Robledo, el actual alcalde es uno de ellos, su extinto padre, Don Erasmo González Martínez, gobernó ese municipio en el trienio 1981-1983.
Mientras que el exalcalde Adrián Oseguera Kernion, que tuvo dos periodos en el gobierno municipal y actualmente es Diputado federal plurinominal, es hijo de uno de los empresarios favorecidos por La Quina.
Otro junior, Andrés González, ha sido funcionario de las áreas de Finanzas en el Gobierno Estatal y Magistrado del Poder Judicial. Es hijo del exalcalde y exdiputado quinista Guadalupe González Galván.
Cierto que ya no tuvieron el mismo poder.
Son otros tiempos.
Los cacicazgos quedaron atrás
El poder de “los poderosos” no dura más de seis años.
La realidad es que Tamaulipas sin los caciques fue más gobernable para quienes fueron electos para los mandatarios estatales.
Y el primero que probó un poco esas mieles, fue precisamente Américo Villarreal Guerra, aunque fuese en su etapa final.
Ya más abiertamente lo hicieron los matamorenses Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yárrington Ruvalcaba.
Había que recordar la caída de “La Quina” a 36 años de los hechos.
Buen fin de semana.
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