Tenía esperanza el pueblo que la actual legislatura fuera más seria, que los diputados se comportaran a la altura y dejaran las payasadas para sus vidas personales, pero la verdad es que no se mejoró mucho, de hecho, nada, la mayoría de los curuleros de la 66 están igual, unos peor, que los de la anterior.
Como muestra está la diputada panista de nombre MARINA RAMIREZ que resultó mala para legislar, pero buena para hacer el ridículo, quien sabe si tenga la tonta idea que con posturas ridículas llamará la atención del respetable, parece que no le da su cabecita para entender que lo que los tamaulipecos queremos es que sean responsables y legislen con seriedad, no con espectáculo.
Ella, la diputada en cuestión, es la muestra que lo que natura no da Salamanca no presta, es decir, cuando no se tiene capacidad, inteligencia y sensibilidad para hacer las cosas se hacen locuras que rayan en la ridiculez.
Mire porque lo decimos, resulta que esta mujer, la diputada MARINA, llegó al congreso con un atuendo como si fuera una representación, con poco ingenio, de la Catrina, personaje de la cultura mexicana creada por el caricaturista y pintor GUADALUPE POSADAS, argumentando un luto por el campo.
Que alguien le avise a la diputada que los días para disfrazarse de catrina ya pasaron, que hasta para representar a la muerte se requiere conocimiento e ingenio, mejor aún, que debe ponerse a trabajar, legislar como se debe, con buenas iniciativas para bien de los tamaulipecos y sobre todo de sus representados, no andar haciendo el ridículo disfrazándose para asistir a una sesión al Congreso local como si el recinto legislativo no mereciera respeto.
Cierto, hoy día el Congreso local más que poder legislativo parece un manicomio en el que cada loco anda con su tema, aunque igual se confunde con una carpa barata de circo llena de payasos, equilibristas que saltan de partido en partido y uno que otro animal.
Dijo la diputada que se vistió de esa manera en señal de luto por las 250 mil hectáreas de sorgo que murieron en Tamaulipas y claro que es bueno levantar la voz por los productores de grano, para que se les atienda y el gobierno federal les cumpla lo prometido y tengan lo suficiente para hacer producir la tierra, que la Entidad no pierda el liderazgo de cosecha de grano rojo, pero resultaría más efectivo hacerlo de manera seria, con propuestas, no con ocurrencias o locuras.
Pues no se defiende a nadie ni se pide apoyo haciendo el ridículo, el asunto de los sorgueros y las miles de hectáreas sin producir grano debe tratarse con seriedad, se llama la atención con la voz, con la propuesta e inteligencia, no vistiéndose de calaca.
Ahora, porque doña MARINA no platica el tema primero con sus compañeros diputados panistas, tres ya fueron legisladores federales y el tema de los sorgueros no es nuevo, lo conocen, aunque ellos desde la cámara alta y baja nada hicieron al respecto.
Es un hecho que la defensa de la diputada panista para los sorgueros y sus tierras no tendrá eco, no porque el tema carezca de importancia, de hecho es sumamente importante que el Estado no deje de ser el principal productor de sorgo rojo en el país, razón por la cual hasta la bancada de morena, que es la mayoría, dejando a un lado la política deberían de sumarse y pedir que el gobierno federal en ese rubro no le fallen a Tamaulipas y atiendan las demandas, pero de manera correcta porque el tema se debe tratar con seriedad, no haciendo el ridículo.
En fin, la situación es que entre la legislatura pasada y la actual no hay mucha diferencia, de hecho, están igual, los integrantes andan más enfrascados en sus pleitos políticos, en sus ganas de llamar la atención y sus intereses personales que en atender las demandas ciudadanas y legislar sin distingos de colores por todos los tamaulipecos.
Y si, triste y desagradable es para los tamaulipecos ver que la gran mayoría de los integrantes de la 66 legislatura están igual que su compañera MARINA RAMIREZ que resulto mala para legislar, pero buena para hacer el ridículo.
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