El gasto mundial en armas nucleares aumentó un 13,4% el año pasado, alcanzando los 91.400 millones de dólares (unos 85.382 millones de euros), según el último informe anual de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN). Este incremento se produjo en un 2023 marcado por conflictos en curso, como el de Ucrania, y nuevos estallidos de violencia, como la guerra en Gaza.
De acuerdo con ICAN, los nueve países con armas atómicas confirmadas (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia, India, Israel, Pakistán y Corea del Norte) invirtieron de media 173.884 dólares por minuto en armamento nuclear. Estados Unidos lideró el gasto con 51.500 millones de dólares y un arsenal de 5.044 armas nucleares, seguido por China con 11.900 millones de dólares y 500 armas nucleares.
Aunque Estados Unidos y China son los mayores inversores en armas nucleares, ICAN destaca que Rusia e Israel son los principales responsables de aumentar el riesgo de uso de estas armas desde la Guerra Fría, debido a su participación en los conflictos de Ucrania y Gaza, respectivamente. Israel, aunque no confirma oficialmente su arsenal nuclear, habría gastado 1.100 millones de dólares en armamento nuclear, según estimaciones de ICAN, destinando aproximadamente el 5% de su presupuesto militar a estas armas.
Rusia invirtió 8.300 millones de dólares en armas nucleares en 2023, mientras que el Reino Unido gastó 8.100 millones y Francia 6.100 millones. Otros países con arsenales nucleares, como India, Pakistán y Corea del Norte, también aumentaron sus inversiones, con 2.700 millones, 1.000 millones y 586 millones de dólares, respectivamente.
El informe de ICAN revela que en los últimos cinco años el gasto anual en armas nucleares ha aumentado en 23.200 millones de dólares, un incremento del 34% respecto a 2019. Los Estados con armas nucleares han gastado un total de 387.000 millones de dólares en sus arsenales durante este periodo, una cantidad 27.000 millones mayor que el presupuesto total del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para acabar con el hambre mundial antes de 2030.
ICAN advierte que la tecnología emergente, como la Inteligencia Artificial (IA), podría aumentar el uso de armas nucleares al acelerar el ritmo de las guerras y reducir el tiempo de toma de decisiones. A pesar de que algunos Estados con armas nucleares se niegan a integrar la IA en el control nuclear por los riesgos que representa, ICAN insiste en que la única manera de impedir el aumento en el uso de armas nucleares es eliminándolas por completo.
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