Ni como negar que lo sucedido este domingo es trascendental para la nación. A la hora de escribir estas líneas el triunfo de Claudia Sheinbaum era inobjetable, es decir, contundente, pese al lloriqueo de la ultraderecha que por todos lados veía “fraude”, por lo tanto, negándose a aceptar lo que pronto será un hecho legítimamente consumado. Por su parte así ha de confirmarlo el ejército de observadores llegados de distintas partes del mundo-mundial.
Por motivos técnicos no fue posible esperar el conteo avanzado que el INE prometió antes de la media noche, sin embargo, es de creer que la muestra que por lo general coincide con el resultado total, no variará en lo fundamental, manteniéndose la ventaja arriba de los veinte puntos, que incluso podría llegar hasta treinta, de la ex jefa de gobierno de la CDMX sobre la o el adversario más cercano. En este sentido no olvidéis que Jorge Álvarez Máynez igualaba y en ocasiones superaba a Xóchitl Gálvez de quien hay que admitir la voluntad de llegar al final, aun cuando haya utilizado métodos reñidos con la ética y la moral política.
Xóchitl mostró ser el peor ejemplo cuando se lucha por un cargo de elección. Y menos si se trata de la Presidencia de la República. Ella, todos lo sabemos, fue manipulada por la minoría rapaz para llevar a cabo una misión imposible de cumplir, por la sencilla razón de fundarse sobre bases falsas. Los reaccionarios pretendieron obtener el poder mintiendo, difamando, ofendiendo e incitando al caos y la desestabilización, sin entender que en el presente sexenio la mayoría ha madurado lo suficiente para rechazar a los verdugos del pasado, con la fuerza del voto irrebatible para efectos de auténtica democracia.
Claudia Sheinbaum es la sucesora de AMLO por mandato popular, y aquí no cabe ningún recurso legaloide que intente desconocer el proyecto de nación que los mexicanos eligen por derecho propio. Harán el ridículo los nietos de Porfirio Díaz al recurrir a organismos y gobiernos extranjeros en busca de apoyo para consumar el atentado contra una mayoría dispuesta a derrotarlos las veces que sean necesarias con tal de reconstruir la república dejada en ruinas por el PRIAN.
La victoria de doña Claudia es inobjetable digo, y de ello queda constancia en las urnas repletas de votos emitidos desde lo más profundo de la conciencia ciudadana que no cayó en la trampa de falsas promesas y mentiras disfrazadas de presuntos y grotescos programas que nada tienen que ver con la realidad. Por ejemplo, eso de que cualquier mexicano podrá ser atendido en hospitales particulares más que un chiste de mal gusto, es una broma cruel que en el fondo enaltece el negocio de los mercenarios que se enriquecen con el dolor humano. Resultaría que, si los conservadores ganaran, el primer paso sería proteger la medicina privada. E igual sucedería con la educación y todo lo que signifique violentar las conquistas logrados gracias a movimientos tendientes a transformar y alcanzar el bienestar pleno de la sociedad.
¿Suponía la alianza maldita PRI, PAN, PRD que los mexicas iban a renunciar a los beneficios logrados en la 4T?.
SUCEDE QUE
A pesar de todo frecuentes fueron los “apagones” durante la jornada electoral. ¿Sabotaje, último recurso de la oposición herida de muerte?. Habrá que investigar.
Y hasta la próxima
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