A veces se piensa que un voto no es nada, que no cuenta.
Que si no voy a votar nada pasará, nadie se dará cuenta.
Y que como quiera ganará el mismo.
Ese pensamiento, traducido en conducta e inacción, desgraciadamente se presenta cada elección de manera masiva.
Se traduce en un abstencionismo elevadísimo.
Tan grande que es el verdadero ganador de la contienda.
Los no votos, por lo general son más que los que obtiene el ganador legal de la elección.
Justifico de alguna forma que no acudan a sufragar los enfermos graves, los discapacitados que no tienen quien los movilice o quienes por alguna emergencia se ausentan de la comunidad.
Pero no quienes esgrimen que no les gusta la política, que no tuvieron tiempo, que prefieren dormir o descansar, que tienen cosas más importantes o que nadie les convenció.
Cierto que el voto es un derecho y no es obligatorio en nuestro país.
Pero es también un deber del buen ciudadano.
Y deberíamos valorarlo mucho más, porque la suma de estos al convertirse en mayoría, empodera a quien los obtiene.
Pero si los convertimos en una gran porcentaje por encima del setenta, obligaríamos a los ganadores a responder más a los compromisos.
Entre más sufragios, mayor responsabilidad de alcalde, diputado, senador, alcalde, gobernador o presidente.
Y más si se da el acompañamiento en la participación comunitaria una vez que se convierten en autoridades.
Votar es una buena experiencia, cuando se alcanza la mayoría de edad.
Luego se convierte en responsabilidad.
Y más tarde en compromiso ético o moral.
En promedio votamos un 55 por ciento de los empadronados en cada contienda.
Y un 2.5 a 3 por ciento son anulados por errores al marcar el partido o candidato de preferencia.
Por ello quienes nos gobiernan lo hacen con la mayoría de los votos que entraron a la urna, pero no más del 30 por ciento de los ciudadanos enlistados en el padrón.
El voto masivo, no solo daría triunfos contundentes.
Sino que empoderan al ciudadano, a la comunidad, a la sociedad.
Los gobernantes estarían más comprometidos y serían más responsables y eficientes.
De ese tamaño es el poder del voto.
Votaciones medianas o mediocres como las que tenemos históricamente, no generan ese vínculo de compromiso sólido entre gobernante y gobernados.
Porque se diluye esa corresponsabilidad con el paso del tiempo.
Y los alcaldes, diputados, senadores, gobernadores o presidentes hacen lo que quieren, al fin que la mayoría del pueblo es apático e indiferente.
El voto, insisto, debe empoderar a la comunidad, que quien lo reciba entienda que se debe al pueblo y al pueblo debe obedecer y servir.
No olvidarse del pueblo y servirse de sus viandas presupuestales.
Ese tiene que ser el poder del voto.
Y para lograrlo hay que ir todos a las urnas.
Hoy domingo es una gran oportunidad.
Tenemos la elección más grande en la historia de Tamaulipas.
Elegiremos Presidente, Senadores, Diputados Federales, Diputados Locales y Alcaldes.
Dos millones 848 mil 971 ciudadanos tenemos la alternativa de ir a las urnas.
Se instalaron 4 mil 952 casillas en los 43 municipios.
Hay 44 mil 588 ciudadanos como usted atendiendo las mesas receptoras de voto como funcionarios de casilla.
En lo que corresponde a los cargos estatales en disputa, se trata de 2 mil 899 espacios entre regidurías, sindicaturas, alcaldías, diputaciones.
Además, las aleccionen son de la sociedad, no de los partidos y candidatos.
Se hacen con los recursos públicos que provienen de los impuestos que todos pagamos.
Hagamos, por tanto, que valga la pena el gasto.
Convirtámosla en una fiesta cívica.
La única opción válida y pacífica para elegir a quienes nos gobiernen.
La otra opción ilícita, desgraciadamente es la violencia
Así es que, mejor que hablen los votos y no las balas.
Vaya usted a su casilla y emita los cinco votos para todos los cargos en juego.
Dele el uso principal a la a credencial de elector.
Que usamos como identificación cotidiana, pero que tiene ese sentido primordial
Sea buen ciudadano, úsesela en la urna, es cada tres y seis años. No se desgastará.
Y que ganen los mejores.
En éste caso, los menos peores.
Buen domingo para usted y familia.
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