Las temperaturas oceánicas sin precedentes registradas en 2023 están planteando serios riesgos para la temporada de huracanes de este año, alertan especialistas. Desde principios de año, los océanos han superado récords de calor diario, una situación que preocupa a climatólogos, expertos en arrecifes de coral y pronosticadores de huracanes, según reportes de USA TODAY.
Brian McNoldy, investigador de la Universidad de Miami, calificó las temperaturas del Atlántico tropical como “absolutamente impresionantes”, señalando que son más cálidas que nunca para esta época del año. Las aguas más cálidas de lo normal en el Atlántico, el Caribe y el Golfo de México juegan un papel crucial en la intensificación de huracanes y tormentas tropicales, proporcionando el combustible necesario para su formación y desarrollo.
El año anterior, la cizalladura vertical del viento provocada por El Niño en el Océano Pacífico limitó parte de la actividad de huracanes en el Atlántico. Sin embargo, la temporada pasada fue una de las más activas registradas, con siete huracanes y 20 tormentas con nombre. Este año, la transición de El Niño a La Niña, que reduce la cizalladura del viento en el Atlántico, ha aumentado las preocupaciones de los pronosticadores.
Las temperaturas promedio globales de la superficie del mar en el Atlántico Norte alcanzaron los 22,3°C, superando en 1,3°C la media de 1982-2011. Phil Klotzbach, científico investigador de la Universidad Estatal de Colorado, mencionó que la región principal de desarrollo de ciclones tropicales del Atlántico ha registrado temperaturas casi 1°C por encima de cualquier otro año desde 1982, situándose 1,4°C por encima del promedio de 1991-2020.
Michael Lowry, especialista en huracanes de WPLG Local 10 en Miami, afirmó que las anomalías de temperatura en las aguas del Atlántico son las más altas registradas antes de la temporada de huracanes. Las altas temperaturas del agua contribuyen a la formación de grandes estructuras nubosas que intensifican los huracanes.
El calentamiento global causado por las emisiones de combustibles fósiles es la principal causa del aumento persistente de las temperaturas oceánicas, aunque otros factores, como El Niño y la erupción del volcán Hunga Tonga en 2022, también influyen. Los débiles vientos alisios en los últimos meses han contribuido a las temperaturas más cálidas de lo normal en la región principal de desarrollo de huracanes en el Atlántico.
A medida que se acerca el pico de la temporada de huracanes en julio y agosto, las altas temperaturas del agua podrían exacerbar los daños no solo a través de huracanes, sino también afectar gravemente a los arrecifes de coral. En algunas estaciones de los Cayos de Florida y el Parque Nacional Everglades, ya se han registrado temperaturas del agua cercanas a los 32°C, lo que agrava aún más los problemas ambientales y de seguridad para las poblaciones costeras.
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