El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este viernes que su condena por manipular libros de cuentas para pagar a la actriz de cine porno Stephanie Clifford es producto de una “estafa” judicial organizada por la Casa Blanca. Trump defendió que dicha manipulación fue un “gasto legal” sin trascendencia.
Trump cuestionó repetidamente la imparcialidad del magistrado Juan Merchan, asegurando que está en el centro de un entramado orquestado desde Washington y que no puede hablar libremente debido a una “sucia” orden de silencio.
Durante su comparecencia en la Torre Trump de Nueva York, el expresidente afirmó que el juicio no ha afectado sus posibilidades de cara a las elecciones de noviembre, donde se ve como “principal favorito” a pesar de las presiones “fascistas” de la Casa Blanca. y de “gente cercana” al presidente Joe Biden. Trump expresó dudas sobre el papel directo de Biden, insinuando que “no se entera de nada”.
Sobre la condena del jueves, Trump insistió en que solo “pagó un gasto legal a un abogado, y como tal, los expertos legales lo incluyeron así en los libros de cuentas”. Denunció que durante el proceso, los testigos a su favor fueron “crucificados” con el permiso de un magistrado que “por fuera parece un ángel, pero por dentro es un demonio”.
Según Trump, los pagos a Clifford no fueron “dinero para que se callara”, sino que la actriz firmó un Acuerdo de No Divulgación sobre sus presuntas relaciones sexuales, lo cual parecía “perfectamente legal”.
El expresidente agregó que siempre ha querido testificar pero no lo ha hecho por recomendación de sus abogados. “Me daba igual el perjurio. No me importa exponerme porque hay cosas que hay que hacer por este país. Esto es más grande que Trump, más grande que mi presidencia”, concluyó.
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