Las tormentas que han azotado la zona de Houston, Texas, desde el jueves pasado han provocado la muerte de siete personas y dejado a más de un millón de personas sin energía eléctrica, según informó la cadena Fox. Los vientos intensos, que alcanzaron hasta 160 kilómetros por hora, derribaron árboles y rompieron ventanales de grandes edificios en el centro de la megalópolis, como captaron imágenes de televisoras locales y redes sociales.
En respuesta a la emergencia, las clases escolares fueron suspendidas en Houston, ubicada en el centro del estado de Texas, y el alcalde John Whitmire firmó una declaración de estado de desastre para la ciudad. Esta proclamación permite obtener recursos adicionales de socios estatales y federales para ayudar con la recuperación de la tormenta.
“Los postes están caídos a lo largo de Houston, no hay energía”, declaró el alcalde Whitmire, calificando el fenómeno como una “excepcional tormenta”. La filial de Houston del Servicio Meteorológico Nacional, a través de su cuenta de X, pidió a los ciudadanos evitar conducir en el centro de la ciudad y en las zonas afectadas, debido a la presencia de escombros, vidrios y líneas eléctricas en las calles.
Con 2.4 millones de habitantes, Houston es la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos y la más grande de Texas, con una economía impulsada en parte por la industria petrolera y petroquímica, y es sede de grandes oficinas corporativas.
Apagón sin respuesta
Las autoridades de la ciudad de Houston anunciaron que el servicio de energía eléctrica tardará entre 24 y 48 horas en recuperarse. Las tormentas también obligaron a las aerolíneas a interrumpir vuelos en los dos principales aeropuertos del estado y a cerrar las escuelas. Asimismo, los trabajadores no esenciales fueron llamados a quedarse en casa.
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