Julián Quiñones está a punto de dejar el América para unirse al Al-Qadisiyah de la Liga Saudí, un fichaje que ha estado en el aire y que, tras la reciente victoria ante Cruz Azul en el Estadio Azteca, parece estar en la recta final. Este movimiento es parte de la estrategia de Arabia Saudita para revolucionar el mercado de fichajes.
Desde la llegada de Cristiano Ronaldo al Al Nassr hace un año y medio, el fútbol árabe ha intensificado su política de fichajes, atrayendo a numerosos jugadores en busca de lucrativos contratos.
El traspaso de Julián Quiñones no es el primer vínculo entre la Liga MX y la Liga Saudí, ni con el fútbol de la región. Héctor Moreno, por ejemplo, jugó en el Al-Gharafa de Qatar tras su paso por Europa en 2019. Otro caso notable es el histórico delantero de la selección mexicana, Jared Borgetti, quien militó en el Al Ittihad entre 2006 y 2007.
También han pasado por estas ligas Marco Fabián, que jugó para el Al Sadd en 2020, y Edgar Pacheco, quien estuvo en el Sabail FK. Christian Benítez, una de las grandes figuras de la Liga MX, fichó por el El Jaish SC de Qatar, aunque lamentablemente falleció antes de debutar.
Igor Lichnovski tuvo una experiencia en el Al Shabab, al igual que Jonathan ‘Cabecita’ Rodríguez con el Al Nassr, ambos regresaron al fútbol mexicano. Otros nombres conocidos en México que jugaron en la región incluyen a Walter Silvani (Al Wasl), Djaniny Tavares (Al-Ahli) y Matías Britos (Al-Hilal).
En cuanto a entrenadores, Javier Aguirre dejó su huella en el Al Wahda de Emiratos Árabes, donde consiguió tres títulos de Copa antes de unirse al cuerpo técnico de Egipto. Ricardo La Volpe sorprendió con su contratación por el Piramids FC, Pedro Caixinha tuvo su paso por el Al-Gharafa y Gustavo Matosas dirigió al Al-Hilal de la Liga Saudí.
Estos movimientos demuestran la creciente influencia del fútbol árabe en el mercado de fichajes y su capacidad para atraer talento de la Liga MX y de otras ligas internacionales.
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