El FC Barcelona anunció recientemente que Xavi Hernández no continuará como entrenador del primer equipo, lo que ha generado diversas especulaciones sobre las razones detrás de su salida. Según informan varias fuentes, el técnico habría planeado una limpieza significativa en la plantilla, lo que provocó tensiones con el presidente Joan Laporta.
Una de las versiones más fuertes, según el diario Mundodeportivo, es que Xavi traicionó su promesa de mantener al equipo prácticamente intacto y solo reforzarlo en ciertas posiciones clave. Esta decisión aparentemente surgió tras la derrota por 4-2 ante el Girona, que llevó a Hernández a reconsiderar el futuro del equipo.
Xavi tenía en mente fichar a jugadores como Bernardo Silva, Zubimendi o Joshua Kimmich para el centro del campo, Juan Foyth para la defensa lateral y Nico Williams para el ataque. Este plan implicaba la salida de varios jugadores actuales, incluidos Vitor Roque, Oriol Romeu y Marcos Alonso, además de algunos nombres de peso como Robert Lewandowski, Raphinha y Frenkie de Jong.
Este giro en la estrategia del entrenador generó un sentimiento de decepción y traición en la directiva del Barcelona, encabezada por Laporta, quien había recibido la promesa de Xavi de mantener la plantilla con solo algunas incorporaciones dentro de las posibilidades económicas del club. Asimismo, se esperaba la renovación de las cesiones de Joao Cancelo y Joao Félix, pero estos planes quedaron en el aire con la salida del técnico.
La decisión de despedir a Xavi Hernández ha sacudido al barcelonismo, aunque para la directiva y el plantel, parece una medida acertada. El nuevo entrenador, Hansi Flick, llega con la tarea de potenciar al plantel actual sin realizar grandes cambios ni fichajes, dado que la situación económica del club no permite las incorporaciones que Xavi había planeado sin dar salida a jugadores importantes, algo que la directiva no estaba dispuesta a aceptar.
La salida de Xavi y la llegada de Flick marcan un nuevo capítulo en el FC Barcelona, con la esperanza de estabilizar el equipo y continuar compitiendo al más alto nivel sin sacrificar la identidad del club ni su estabilidad financiera.
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