El hielo marino en la región antártica ha alcanzado un mínimo histórico, según revelan los científicos, marcando un preocupante hito que podría tener graves repercusiones en el ecosistema global. Durante el invierno del año pasado, se registró una disminución de 2.2 millones de kilómetros cuadrados de hielo alrededor de la Antártida, aproximadamente diez veces el tamaño del Reino Unido.
Los expertos del British Antártida Survey (BAS) han investigado este fenómeno, utilizando datos de 18 modelos climáticos diferentes para comprender mejor sus causas, incluido el posible papel del cambio climático. Descubrieron que los niveles mínimos de hielo marino de la Antártida, que ocurren aproximadamente una vez cada dos mil años sin la influencia del cambio climático, son cuatro veces más probables bajo sus efectos.
Rachel Diamond, autora principal del estudio, explicó que “el evento fue muy extremo: cualquier valor inferior a uno entre 100 se considera excepcionalmente improbable”. La extensión significativa del hielo marino en la Antártida desempeña un papel crucial en la regulación de la temperatura global, reflejando el calor del sol hacia la atmósfera y enfriando el agua circundante. Sin embargo, su disminución amenaza con alterar drásticamente los ecosistemas y el clima mundial.
Los científicos también advierten que incluso después de 20 años, es poco probable que el hielo marino se recupere completamente, lo que tendría graves consecuencias para las especies que dependen de él, como pingüinos, ballenas y otros animales marinos. Además, el hielo marino antártico desempeña un papel crucial en la regulación de las corrientes oceánicas y en la protección de las plataformas de hielo contra el aumento del nivel del mar, lo que subraya aún más la importancia crítica de su preservación.
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