El ambiente en Puerto Príncipe, la capital de Haití, es tenso este jueves mientras familias enteras huyen de sus hogares después de los ataques registrados la pasada madrugada en diferentes barrios de la ciudad. Asaltos y tiroteos han llevado a numerosas personas a cargar sus pertenencias y buscar refugio en zonas más seguras.
Las zonas más afectadas por la violencia de las bandas armadas fueron Solino, Delmas 24 y Nazon, lo que ha provocado una huida masiva de residentes que intentan escapar de la situación de peligro. Se observa a personas cargadas con sus pertenencias, incluyendo niños, abandonando las áreas afectadas.
A pesar de la aparente normalidad en las calles, se pueden ver las secuelas dejadas por la violencia nocturna: casas quemadas, vehículos incinerados, comercios vandalizados y señales de tiroteos. La escasa presencia de fuerzas del orden y la presencia de casquillos de bala en las calles reflejan la gravedad de la situación.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, unas 95.000 personas, incluyendo 19.300 menores, han abandonado sus hogares desde marzo debido a la violencia de las bandas armadas. La ONG Save the Children informó que unos 600 niños, niñas y adolescentes huyen diariamente de Puerto Príncipe por la violencia de estos grupos.
La inseguridad persiste a pesar del estado de emergencia y el toque de queda en el departamento del Oeste, donde se encuentra Puerto Príncipe. La situación se agrava con la espera del despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad, aprobada por la ONU en octubre.
Haití enfrenta numerosos desafíos, incluida la organización de elecciones presidenciales para febrero de 2026, mientras el país se encuentra bajo la dirección del Consejo Presidencial para la Transición. La violencia continúa afectando a miles de personas y comunidades en la capital haitiana, generando una crisis humanitaria cada vez más grave.
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