La red eléctrica de Ucrania ha sido severamente afectada por una serie de ataques rusos, resultando en apagones en todo el país. Según el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, aproximadamente la mitad del sistema energético del país está dañado debido a los constantes bombardeos.
Los líderes ucranianos se han visto obligados a programar cortes de luz en todo el territorio debido a la falta de defensas antiaéreas adecuadas para responder a los ataques y permitir las reparaciones necesarias. Esta situación plantea preocupaciones sobre un posible empeoramiento de la crisis energética, especialmente a medida que se acerca el final del verano y el inicio del invierno.
Los ataques, que se han intensificado en las últimas semanas, han afectado incluso a la capital, Kiev, que no había experimentado apagones desde el primer año de la guerra. Entre los objetivos de los ataques se encuentran importantes instalaciones de generación y transmisión de energía, incluida la central térmica más grande de Kiev.
Las autoridades advierten sobre las consecuencias devastadoras si Ucrania no logra asegurar otras fuentes de energía antes del invierno. Se ha solicitado ayuda a los aliados occidentales para obtener defensas antiaéreas adicionales y piezas de repuesto para reparar las plantas dañadas de la era soviética.
La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha expresado su solidaridad con Ucrania durante una visita a una central térmica destruida por un ataque ruso. Sin embargo, las soluciones rápidas a los cortes de electricidad parecen difíciles de alcanzar, ya que cada ataque resulta en una pérdida adicional de capacidad de generación de energía.
Con la incertidumbre sobre el futuro de la red eléctrica y la falta de capacidad para defenderse contra los ataques, la situación energética de Ucrania se enfrenta a desafíos significativos en los meses venideros.
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