En el 38 aniversario del desastre de Chernóbil, Ucrania enfrenta una nueva amenaza radiactiva debido a la ocupación de la central nuclear de Zaporiyia por parte de Rusia, mientras otras tres plantas nucleares se encuentran en zonas afectadas por el conflicto.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha advertido sobre el aumento del riesgo de otro desastre radiactivo, recordando la rápida propagación de la radiación tras el accidente de Chernóbil en 1986. Miles de banderas con lazos de luto han aparecido en las calles en memoria de quienes sacrificaron sus vidas para mitigar las consecuencias de aquel incidente.
La ocupación rusa de la central de Chernóbil durante 35 días en 2022 y la actual retención de la central de Zaporiyia por parte de “terroristas rusos” ha reavivado los temores. Zelenski ha instado a la comunidad internacional a presionar a Rusia para garantizar la liberación de Zaporiyia y su retorno al control ucraniano como única forma de evitar nuevos desastres radiactivos.
Expertos advierten sobre el aumento del riesgo en Zaporiyia debido a déficits de personal cualificado, degradación del equipamiento y frecuentes cambios en la actividad de los reactores. La perforación de pozos y los bombardeos en la zona también contribuyen a la amenaza. La central ha sido desconectada temporalmente de la red eléctrica ucraniana en ocho ocasiones debido a los ataques.
Rusia ha convertido la central en una base militar, con alrededor de 500 soldados estacionados allí. Inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han reportado disparos de artillería desde la central, aunque el director general del OIEA evitó señalar explícitamente a Rusia para evitar la expulsión de los inspectores.
Aunque actualmente no tienen acceso a algunas instalaciones, los inspectores recaban pruebas que podrían presentarse ante un tribunal en el futuro. Además, la infraestructura alrededor de otras centrales nucleares ucranianas también está en riesgo debido a los ataques rusos contra el sistema energético del país.
La situación subraya la urgente necesidad de acciones internacionales para evitar otra catástrofe nuclear en Ucrania, una llamada que el país ha hecho en el 38 aniversario de uno de los peores desastres nucleares de la historia.
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