El último informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC) en colaboración con la FAO y otras agencias de la ONU revela que la Franja de Gaza está experimentando la mayor catástrofe alimentaria del planeta en al menos las dos últimas décadas. La situación ha alcanzado niveles críticos tras el estallido de la guerra el pasado 7 de octubre, situando al territorio palestino en el máximo nivel de inseguridad alimentaria aguda.
Según el informe, más de 281 millones de personas en 59 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda durante 2023, un aumento significativo con respecto al año anterior. La Franja de Gaza se encuentra en el epicentro de esta crisis, con aproximadamente la mitad de su población, alrededor de 1.1 millones de personas, enfrentando una situación de “catástrofe de hambruna”, según la clasificación del IPC.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha alertado sobre la gravedad de la situación, destacando que incluso con los esfuerzos de ayuda humanitaria, la Franja de Gaza sigue registrando el mayor número de personas en situación de hambre catastrófica jamás visto en el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias.
El informe también señala otros países afectados por crisis alimentarias, como Sudán, Afganistán, Etiopía, Nigeria, Siria, República Democrática del Congo (RDC) y Yemen, donde conflictos, inseguridad, fenómenos meteorológicos extremos y perturbaciones económicas han empeorado la situación.
Se advierte que la respuesta a esta crisis debe ser urgente y que los datos del informe deben utilizarse para transformar los sistemas alimentarios y abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Guterres hace un llamado a la acción concertada para crear un mundo en el que el hambre no tenga cabida.
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