Una ola de calor extremo se ha apoderado de Filipinas y Tailandia, desencadenando una serie de medidas de emergencia por parte de las autoridades para proteger a la población de las altas temperaturas.
En Filipinas, centros educativos en numerosas localidades, incluida la capital Manila, se han visto obligados a suspender o modificar sus clases para evitar problemas de salud entre estudiantes y personal docente. Con temperaturas que han alcanzado los 43 grados de sensación térmica, la Oficina de Información Pública de Manila ha concedido a los directores escolares la autoridad para tomar decisiones pertinentes en cuanto a la suspensión de clases o la implementación de horarios alternativos. Además, se ha alentado a profesores y estudiantes a utilizar ropa más ligera y cómoda para mitigar los efectos del calor.
Según informes del Philippine Star, más centros educativos en las islas de Luzón y Mindanao han tomado medidas similares para contrarrestar los efectos de las altas temperaturas, que se han intensificado debido a la combinación de la temperatura y la humedad.
En Tailandia, el Departamento de Meteorología ha emitido una alerta en el norte del país ante las temperaturas que alcanzaron los 42,5 grados en la provincia de Tak. Se ha instado a los habitantes de la región a tomar precauciones y evitar actividades al aire libre durante largos períodos de tiempo.
El climatólogo e historiador del clima, Maximiliano Herrera, ha destacado en su cuenta de la red social X que la ola de calor ha llevado las temperaturas hasta los 43,5 grados en Bagan (Birmania), 42,5 grados en Tak (Tailandia) y 40,6 grados en Vietnam.
Abril y mayo son los meses más calurosos en gran parte del sudeste asiático, y este año las temperaturas se han visto exacerbadas por el fenómeno natural de El Niño y el calentamiento global asociado con la crisis climática. El año pasado, la región sufrió una ola de temperaturas récord, con picos de 45,4 grados en Tailandia, 44,2 grados en Vietnam y 43,5 grados en Laos entre abril y mayo.
La comunidad internacional observa con preocupación estas tendencias, subrayando la necesidad de acciones urgentes para mitigar los impactos del cambio climático y proteger a las comunidades vulnerables frente a eventos climáticos extremos como la actual ola de calor en Filipinas y Tailandia.
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