Alemania ha puesto en marcha hoy una nueva ley que legaliza parcialmente el uso y cultivo de cannabis, desencadenando tanto celebraciones como críticas en todo el país. En Berlín, cientos de personas se reunieron frente a la Puerta de Brandeburgo para celebrar la entrada en vigor de la medida, fumando marihuana en señal de apoyo.
La nueva ley permite a los mayores de 18 años poseer hasta 50 gramos de flores secas de cannabis en su espacio privado, así como cultivar un máximo de tres plantas para consumo personal. Sin embargo, el consumo en espacios públicos está sujeto a restricciones, y se prohíbe específicamente en áreas sensibles como parques infantiles y escuelas.
Además, a partir del 1 de julio, se permitirá la creación de clubes de cannabis con hasta 500 miembros, que podrán cultivar la planta de forma colectiva y no comercial. Sin embargo, la distribución y venta de cannabis siguen siendo ilegales, al igual que conducir bajo los efectos de la droga.
La medida ha generado críticas por parte de algunos sectores, incluida la Asociación Médica Alemana, que considera que el límite de posesión permitido es demasiado alto y puede llevar a problemas de salud. Sin embargo, el ministro de Justicia argumenta que la legalización aliviará la presión sobre el sistema judicial y reducirá la actividad del mercado negro.
El camino hacia la legalización no fue fácil, con debates intensos en el ámbito político y social. El principal partido de la oposición ha expresado su intención de revertir la ley si llega al poder, mientras que el gobierno tuvo que enfrentar oposición incluso dentro de la Cámara Alta del Parlamento.
A pesar de las críticas, algunos funcionarios ya están mirando hacia el futuro, sugiriendo la implementación de proyectos piloto para el comercio regulado de cannabis, con el objetivo de reducir la dependencia del mercado negro y garantizar la seguridad de los consumidores ocasionales.
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