En este mundo tan desequilibrado y cada día mas hostil, el materialismo, la soberbia y otros
males van dejando a un lado el humanismo, razón por la que es necesario que todos los seres
humanos trabajemos en la empatía para reducir los actos de desigualdad y generar sociedades
equilibradas, empáticas.
Los padres enseñar a los hijos, los hijos a los padres, que el respeto a las ideologías, creencias
y seres humanos sin importar la condición conducirá por un camino de empatía.
Empatía, con nuestro medio ambiente, la familia, vecinos, con todo lo que nos rodea, tomando
en cuenta que cada ser humano es especial con virtudes únicas que se deben valorar y
respetar.
Y es que en estos tiempos a pesar de que existen leyes para proteger los derechos de todas
las personas aún hay quienes piensan que quienes tienen una discapacidad, o capacidad
diferente son menos productivos o importantes.
Constantemente se ve como personas, que aparentemente no tienen ninguna discapacidad, no
respetan a las personas con capacidades diferentes ni sus espacios, les niegan empleos o les
y hacen menos.
Todos debemos transitar por el camino de la empatía pues es ahí donde está la grandeza de
los seres humanos.
Un camino donde la verdadera belleza radica en nuestra capacidad de ver la humanidad en
cada persona, sin importar sus diferencias, aprendiendo a mirar más allá de las apariencias y a
valorar a las personas por lo que son en su interior.
Marzo es mes dedicado a la educación especial e inclusiva, es importante reflexionar sobre el
valor y la importancia de la inclusión en nuestra sociedad. La inclusión va más allá de integrar a
personas con capacidades diferentes en entornos laborales y sociales; se trata de crear un
ambiente donde todos, sin importar sus diferencias, sean valorados y respetados.
Generar entornos más agradables, ambientes felices para las personas con capacidades
diferentes debe ser día a día, y recordar su importancia siempre no solo un mes al año.
¿Cuántas veces hemos visto en las plazas comerciales gente estacionada en el cajón de
discapacitados, respondiendo el famoso “voy rapidito” o “no tardo” al ser interrogados por su
falta de conciencia?, muchos, y eso ya no debe suceder, seamos empáticos.
Es momento de ser conscientes, respetuosos, de saber que somos seres humanos y de poner
en práctica nuestros valores para lograr una sociedad más empática. No somos animales, se
tiene razonamiento.
Ponernos en los zapatos de alguien más puede resultar imposible, tal vez no sean de tu
número, te puedan quedar flojos o ajustados. Mejor transitemos el camino de la vida con
empatía, que seamos capaces de comprender que cada persona tiene su propia historia.
Su historia puede ser muy diferente a la tuya, es en ese instante donde tu corazón se engrandece, tu conciencia se amplia, donde entendemos que somos seres humanos al igual que la otra persona.
Tenemos que apoyarnos entre todos para lograr un mejor mundo. Aprendamos que la
verdadera grandeza radica en nuestra capacidad de aceptar y respetar a los demás tal como
son.
La inclusión no solo beneficia a aquellos que son directamente afectados por ella, sino que
enriquece a toda la sociedad. Al abrir nuestras mentes y corazones a la diversidad, nos
enseña a ser más empáticos, comprensivos, tolerantes y a valorar las diferencias como algo
positivo.
Es momento de comprometernos a fomentar una cultura de inclusión en nuestra sociedad.
Aprendamos de la diversidad que nos rodea y celebremos la riqueza que aporta a nuestras
vidas.
Ya se tienen leyes para dar más espacios para que las personas con capacidades diferentes
tengan más áreas, pero más allá de las leyes, está la conciencia, el humanismo, la
responsabilidad social.
Es por ello que también es importante reconocer a los diferentes sectores y empresas, en la
tendencia creciente para la inclusión de personas con capacidades diferentes, ya que están
dando pasos significativos para crear entornos laborales más inclusivos y accesibles.
Por lo tanto, no solo en el mes de marzo, sino cada día se tiene que tener empatía, con todo el
ser humano, pero en especial con las personas que tienen capacidades diferentes, y tratarlos
como igual, con respeto y haciéndoles sentir que todos somos iguales.
Por una sociedad más afable, tracemos todos juntos un camino de empatía.
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