Este sábado, miles de personas han salido a las calles de varias ciudades israelíes en una muestra contundente de descontento contra el Gobierno liderado por el primer ministro Benjamin Netanyahu. Las manifestaciones, que también han exigido la liberación de rehenes tras la reciente escalada de violencia con Hamás, han congregado a una multitud diversa y determinada.
En el centro de Tel Aviv, una de las principales manifestaciones ha reunido a familiares de rehenes y víctimas de la violencia perpetrada por Hamás, así como a aquellos que claman por la justicia y la rendición de cuentas. A la protesta se unió una joven liberada en noviembre, cuyo testimonio ha avivado la indignación de los manifestantes.
La manifestación culminó con enfrentamientos entre los participantes y la policía, con cientos de manifestantes desafiando el cordón policial y bloqueando carreteras, incluida la autopista Ayalon, antes de ser dispersados por la intervención de las autoridades, que utilizaron cañones de agua. Varios manifestantes fueron detenidos en el proceso.
Además, miles de personas se congregaron frente a la sede del Ministerio de Defensa, expresando su repudio hacia el Ejecutivo de Netanyahu y acusándolo de poner sus intereses personales por encima del bienestar del país.
En Jerusalén, cientos de personas se reunieron en la residencia del presidente israelí, Isaac Herzog, exigiendo la liberación de los rehenes y denunciando la crisis humanitaria que ha dejado la reciente ofensiva militar en Gaza.
El malestar social se ha agudizado tras casi cinco meses desde el inicio del conflicto, con un saldo humano devastador que ha dejado cerca de 31,000 muertos y más de 72,500 heridos, según las últimas cifras oficiales de las autoridades gazatíes. En este contexto, las protestas ciudadanas reflejan un llamado urgente a la acción y un clamor por un cambio real en la dirección del país.
Discussion about this post