La película de Netflix, “La Sociedad de la Nieve”, ha avivado la curiosidad de cientos de personas deseosas de explorar el destino que marcó la vida de los supervivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, conocido como “La tragedia de los Andes”. Esta historia real, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1972, sigue cautivando a audiencias de todo el mundo.
El vuelo, originalmente destinado a aterrizar en Santiago de Chile, transportaba al equipo de rugby del Old Christians Club de Montevideo, así como a familiares y amigos. Sin embargo, un fatídico accidente cambió el curso de sus vidas para siempre cuando la aeronave se estrelló en los Andes, cobrándose la vida de varios pasajeros.
La extraordinaria lucha por la supervivencia de los 16 jóvenes uruguayos en condiciones extremas, sobre un glaciar helado con temperaturas de menos 30 grados, ha sido inmortalizada en varias películas y documentales, destacando la producción hollywoodense “¡Viven!” de 1992.
El éxito de “La Sociedad de la Nieve” ha llevado a un aumento en las expediciones turísticas al lugar del accidente, con cerca de un centenar de aventureros explorando la zona durante los fines de semana de verano. Empresas de turismo responden a esta demanda ofreciendo excursiones exclusivas al Valle de las Lágrimas, donde se encuentra el avión accidentado.
Estas travesías, que duran de 3 a 4 días, ofrecen a los participantes la oportunidad de experimentar el trekking, cruzar ríos y disfrutar de impresionantes vistas de glaciares, culminando en el sitio donde se desarrolló la tragedia. Sin embargo, surge el debate sobre el turismo ético, especialmente tras la revelación de que una expedición militar argentina incendió el avión para evitar que se convirtiera en un lugar de peregrinación turística macabra.
A pesar de la fascinación por esta historia, es fundamental seleccionar empresas de turismo confiables y éticas que garanticen la seguridad de los participantes y el respeto por el entorno y la memoria de los eventos ocurridos.
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