Este jueves, en la Comisión de Estupefacientes de la ONU en Viena, la comunidad internacional se enfrentó a divisiones evidentes sobre la política internacional de drogas. Casi 60 estados, mayoritariamente de América y Europa, han exigido abandonar el actual enfoque represivo en la estrategia internacional antinarcóticos. La demanda surge en medio de un debate crítico sobre la eficacia y los resultados del enfoque actual.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lideró las críticas al declarar que la estrategia actual “ha fracasado” y que la ONU debe adoptar un nuevo enfoque que priorice la salud pública sobre la criminalización. Incluso Volker Türk, Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, calificó las estrategias punitivas como “ineficaces y contraproducentes”.
Las políticas de criminalización, incluida la pena de muerte, han sido denunciadas por resultar en “más vidas arruinadas”, según Türk, quien destacó las consecuencias negativas como la encarcelación masiva y la violencia asociada.
A pesar de los esfuerzos anteriores, los países han reconocido la imposibilidad de alcanzar los objetivos fijados para 2029, dado el crecimiento continuo del mercado de drogas. Aunque algunos estados como Rusia, Irán y naciones árabes se oponen a reformas, un grupo de 59 países, incluidas potencias como Estados Unidos y países latinoamericanos como México y Brasil, abogan por un enfoque basado en la salud pública.
En un momento en que las drogas sintéticas, como el fentanilo, están causando estragos, la directora ejecutiva de la ONUDD, Ghada Waly, hizo un llamado a la unidad para abordar la crisis, reconociendo que las sustancias sintéticas dominan los mercados y que la demanda es el motor detrás del negocio ilegal de las drogas y la violencia asociada.
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