El Senado francés ha aprobado sin cambios el texto que la Asamblea Nacional votó el mes pasado, convirtiendo a Francia en el único país del mundo en incluir el derecho al aborto en su Constitución. Con 267 votos a favor y 50 en contra, el respaldo fue claro, allanando el camino para que diputados y senadores se reúnan el próximo lunes en un Congreso conjunto en el Palacio de Versalles para modificar la Carta Magna.
El ministro de Justicia, Éric Dupont-Moretti, celebró el voto como un hito en la historia de los derechos de la mujer, destacando que Francia se convertirá en el primer país en inscribir en su Constitución la libertad de las mujeres para disponer de sus cuerpos. Esta decisión, impulsada por el presidente Emmanuel Macron, llega medio siglo después de la legalización del aborto en Francia y en respuesta a la reciente reversión de la jurisprudencia del derecho al aborto en Estados Unidos.
Macron, comprometido con hacer irreversible la libertad de las mujeres para recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo, anunció la convocatoria del Congreso para oficializar la modificación de la Carta Magna, resaltando el amplio respaldo popular a la medida, incluso desde la extrema derecha.
A pesar de las voces conservadoras que intentaron introducir enmiendas al texto, estas fueron rechazadas por los senadores, lo que refleja un momento de concordia en un mandato presidencial marcado por la oposición a otras medidas como la reforma de las pensiones o la ley de inmigración.
La reforma constitucional modificará el artículo 34 para garantizar “la libertad de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”, con el objetivo de proteger este derecho ante posibles amenazas futuras.
Mientras los senadores debatían la reforma, un pequeño grupo de militantes anti-aborto se manifestó a las puertas de la cámara, mientras que otros expresaron su apoyo a la medida, destacando la importancia de este avance en la protección de los derechos reproductivos de las mujeres en Francia.
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