Hace algunos días, escribí sobre las filas o colas de padres de familia con hijos en
edad de ingresar a un nuevo nivel escolar del Sistema Educativo Nacional, sobre todo en la
escuela pública.
Insistí en la molestia de los papás que pasan horas en la fila, fuera de los planteles con
la ilusión de lograr un lugar en la escuela que, según su opinión, tiene prestigio, presencia
de que sus profesores son de primera línea.
A pesar de que la misma Secretaria de Educación en Tamaulipas ha declarado sobre
la capacidad del Estado para atender la demanda escolar, los padres insisten en la escuela
de su preferencia.
Por desgracia no es la única fila por la que los mexicanos nos formamos. Las
farmacias del ISSSTE y del IMSS presentan el mismo fenómeno y no por capricho, sino
porque los medicamentos siguen faltando en los anaqueles de estos centros de salud, al
grado de que la Megafarmacia de Huehuetoca, Méx., por lo menos tiene dos meses sin
surtir lo que hace falta en las farmacias de Tamaulipas.
No es nuevo ver las filas ‘tercermundistas’ -diría el presidente Luis Echeverría
Álvarez (1970-1976)- que componen cientos de Becarios Bienestar en los múltiples
programas de esa Secretaría del gobierno federal, esperando a que los servidores de la
Nación atiendan, por lo menos en orientaciones
Este martes 6 de febrero, apenas a 20 horas de que el presidente López informara a la
nación de las iniciativas legislativas donde resalta, a propósito del tema, el tema de las
Becas Bienestar para elevarlas a rango Constitucional, nos encontramos con descalabros.
La gente, el mexicano que vota en las urnas, los viejitos, discapacitados, los
emprendedores, las madres solteras, etc., siguen haciendo largas filas para inscribirse o
canjear las tarjetas vencidas, encentrando primero larga, muy larga cola, donde hay que
formarse.
Los servidores de la Nación no permiten las preguntas de orientación, hay que
formarse.
Doña María, una septuagenaria victorense, comentó: “No me di cuenta y al querer
sacar lo del depósito de enero y febrero, el cajero me dijo que acudiera al banco porque
estaba vencido el plástico y otra fila para preguntar en el único Banco en Victoria”.
Doña María continúa su relato asegurando que después de más de tres horas formada
en el 9 Hidalgo le dijeron que debía marcar un número telefónico y después de varios
intentos, dos horas pegadas al teléfono, una atenta telefonista le indicó, después de validar
sus datos, que tenía que ir al CEDIF No. 3 en Cd. Victoria, dándole la dirección.
Lo que Doña Mary nos comenta es que le dijeron que los Servidores de la Nación
debieron haberle llamado, porque ella tenía cita desde el 28 de enero, pero ella jura que
nunca recibió alguna llamada para avisarle del canje de Tarjeta Bienestar.
Muy temprano la santa señora acudió al CEDIF 3 para encontrar una nueva fila y al
querer preguntar sobre el trámite, le mandaron a formarse. Cuando llegó su turno quiso
aclarar que solo llevaba la copia del IFE que por teléfono le habían pedido, pero entonces la
Cierva de la Nación que le atendió le dijo que tenía que llevar acta de nacimiento, CURP,
INE, comprobante de domicilio. Por lo tanto… no logró su objetivo.
Gracias a que todos los documentos estaban en casa, Doña María fue por ellos y
regresó horas después, con la sorpresa de que el responsable del Centro de Bienestar ordenó
el cierre de la puerta principal porque decía había más de 100 becarios en espera de ser
atendidos.
Doña María junto a otras personas que regresaban con la documentación completa,
con sus pacientes o simplemente salían de trabajar, se encontraron con la puerta cerrada a
pesar de que el horario de atención era hasta las 17:00 hrs. y según el reloj del celular,
marcaba las 14:23 hrs.
Jaime Rosales Maldonado, orgullosamente Servidor de la Nación, se presentó como
responsable de este ¿Centro de Bienestar? insistiendo el argumento de que solo había 4
compañeros -incluido él mismo- para atención de la gente, “Debían ser por lo menos 40
Servidores de la Nación, pero se los llevaron a otros Centros”, dijo el funcionario.
Cualquier tamaulipeco, mexicano o extranjero puede comprobar las extensas filas de
beneficiarios de cualquiera Beca de Bienestar en los dos únicos cajeros bancarios del
programa solo en la capital de Tamaulipas, escenario de insolaciones y tristeza de la gente
necesitada
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