Los modelos arquitectónicos del siglo XIX y principios del XX en Ciudad Victoria,
indican la presencia de algunas viviendas y edificios públicos que incluyen en su diseño,
sótanos de variadas dimensiones. Este tipo de anexos, obedecía a una tendencia propia de la
época cuando a dichos espacios les proporcionaban usos relacionados con bodegas, cavas
de vinos, refugio de guerra, áreas de entretenimiento familiar y habitación para empleados
domésticos.
De acuerdo a la opinión del arquitecto Heriberto Zárate Montiel, el origen de este
tipo de construcción se remonta a la arquitectura del renacimiento y se repite en el
neoclásico “En Victoria durante el siglo XIX, fueron los últimos intentos de una
arquitectura que se estaba diluyendo, es decir ecléctica. Al principio del XX, ya se habían
dado los primeros signos de arquitectura racionalista.”
Entre las primeras construcciones que contemplan un amplio sótano, destaca el
Hospital Civil inaugurado en 1894 por el gobernador ingeniero Alejandro Prieto. Dicha
bóveda estaba destinada como albergue de enfermos mentales y personas rabiosas. Se
trataba de un lugar tenebroso aislado, con puertas metálicas y paredes sucias, donde les
proporcionaban agua y comida a los pacientes. En las madrugadas, la oscuridad y el
ambiente lúgubre, lo convertían en un auténtico manicomio.
Entre miedo y angustia, los vecinos escuchaban gritos y lamentos de aquellos seres
indefensos, condenados a vivir en el encierro. Sus características y uso de este espacio,
generó algunas leyendas que como parte de la tradición oral, aún se escuchan entre los
adultos. El cronista Antonio Maldonado Guzmán platicaba que en aquél subterráneo,
estuvo recluido un indigente de origen canadiense, quien fue detenido por las autoridades al
momento de amenazar a los transeúntes en el centro de la ciudad.
A finales del siglo XIX se cimentó una mansión en la esquina del 18 Morelos,
donde vivieron durante varios años las familias del profesor José Martínez y Martínez,
Manuela Castellanos -hija del licenciado Francisco Castellanos y originaria de San Nicolás-y Francisco de León Ayala. Se trata de una casa habitación de sillar, piedra y vigas de
madera de unos 230 metros cuadrados de construcción. Entre sus anexos destacan
estacionamiento, sótano, varios balcones externos; mientras en lo alto de la fachada
principal la adornan figuras de leones alados en alto relieve. Acerca del subterráneo que
abarca varios metros cuadrados, existen algunas leyendas urbanas.
Además de la Sociedad Alianza Obrera y Progresista, otro de los edificios
emblemáticos de principios del siglo XX donde existió un sótano de regular dimensión, era
el Instituto Científico y Literario, actual Casa del Arte inaugurado en 1913. Su constructor
el arquitecto Enrique Biruegas, habilitó el subsuelo una amplia bodega que después fue
clausurada. A finales de los años cuarenta del siglo pasado, se realizaron algunas mejoras al
edificio que incluyeron la rehabilitación del subterráneo. Para sorpresa de los albañiles,
durante los trabajos de remoción de escombros fue localizado el cuerpo de la niña “Dioni”
Durán en un tambo con cal. En los años veinte del siglo pasado, inexplicablemente, la niña
había desaparecido mientras se trasladaba a la escuela primaria.
Durante el breve período administrativo, el gobernador Andrés Osuna Hinojosa
(1918-1919) dispuso la construcción de varias oficinas en el Palacio de Gobierno, que
actualmente ocupa la presidencia municipal de Victoria. El proyecto comprendía cuatro
salones, un pasillo doble y dos subterráneos a la entrada de las escaleras. Los accesos a los
sótanos fueron clausurados con muros de ladrillo y actualmente se encuentran fuera de
servicio. Derivado de este asunto, surgió una leyenda donde se afirma erróneamente que en
algún lugar del recinto, se localiza el acceso a un túnel que comunica con varios edificios de
la ciudad.
Como parte de los proyectos de restauración de la antigua Escuela Normal Rural
Lauro Aguirre de Tamatán actual Colegio de Tamaulipas, recientemente fue abierto el sótano
del edificio principal, construído por el ingeniero Carlos Falcón en 1922 durante el gobierno
del general César López de Lara. De acuerdo al dictamen del cuerpo técnico de la Escuela de
Arquitectura de Tampico y especialistas de la Delegación del Instituto Nacional de
Antropología e Historia en Tamaulipas, el subterráneo tiene las siguientes características.
“343.80 m2 de superficie con una altura que varía entre 1.17 m. a 1.26 m., el suelo
del interior de sótanos se encuentra en su totalidad de tierra suelta, dividido con muros de
47 cm. de espesor con un pequeño espacio de 71 cm. de altura por 37 cm. de largo. La
cubierta de sótano al igual que en los pisos superiores tiene 44 bóvedas catalanas
compuesta por semiarcos de ladrillos que descansan sobre rieles de acero, estas se
encuentran orientadas de a muro en los tramos más cortos al igual que en los niveles
superiores. Dentro de este espacio en el lado norte bajo la actualmente Sala del Rector, se
localiza un registro clausurado que cumplía la función de captar el agua de las bajantes
pluviales, también se descubrieron distintas instalaciones como es la eléctrica, aire
acondicionado, hidráulica y sanitaria.”
Otro de los edificios del mismo período, puede apreciarse en la acera oriente de la
Avenida Francisco I. Madero o 17 entre las calles Juárez y Zaragoza. Su constructor era el
Coronel carrancista Julio Dávila, Jefe del Departamento de Hacienda, Estadística y Catastro
durante el gobierno del general César López de Lara. El agua que utilizó para edificar la
casa estilo californiano, correpondió a la acequia localizada a unos metros del mencionado
edificio que abandonó Dávila en 1925 a raíz de la Rebelión Delahuertista, acusado por el
delito de rebelión.
Entre 1934 y 1940 la mansión fue habitada por el gobernador de Tamaulipas
ingeniero Marte R. Gómez. Posteriormente la residencia perteneció a la familia Hernández
Montemayor y durante los últimos años, ha servido como sede de las oficinas
gubernamentales del ITCA y presidencia municipal. La casa construida con ladrillos,
piedra, sillar y mármol en sus interiores tiene un amplio sótano de alrededor de doscientos
metros cuadrados, con escaleras de piedra en los costados sur y norte.
Una de las iglesias donde se encuentra un sótano en uso permanente, se encuentra
en la catedral del Sagrado Corazón. La escalera de acceso al subterráneo, está al costado sur
del altar mayor. El espacio comprende alrededor de doscientos metros cuadrados, con
muros aproximadamente de cuatro metros de altura, donde existen más de 300 nichos
funerarios algunos de ellos dedicados a sacerdotes.
Para cerrar el breve recorrido sotanero de Ciudad Victoria, entre las propiedades
más antiguas de Victoria figura la Casa de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de la
Nación -18 y 19 Hidalgo-, construida de ladrillo y piedra alrededor de 1919. Inicialmente
perteneció a la familia de la Lastra descendiente de españoles originarios de Santander.
Tenía un pequeño sótano bajo un piso de madera que se derrumbó a finales del siglo
pasado. La propiedad abarca de la calle Hidalgo a la avenida Morelos.
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