Sin el pensamiento mágico que apasiona y domina, la realidad de los últimos 5 años señala que 2024 no será un buen año pues arrastramos demasiados problemas sin resolver más nuevos puntos de gasto público sin control que no son sostenibles. El dinero se acaba entre dádivas universales y mantener obras que generan pérdidas.
En 2024 se advierte que la violencia cobrará miles de víctimas mortales, llevamos más de 130 mil, como en ningún otro sexenio. Cada 15 minutos alguien pierde la vida. La tragedia marcó miles de familias, los abrazos de López no solucionan, es la verdad y debe decirse en voz alta, si somos mexicanos leales, no comprados por alguna paga.
Frente al control criminal, Morena muestra incapacidad, simulación y tal vez complicidad.
La crisis migratoria procedente de Venezuela, Haití, Cuba y otras partes del mundo logró en 2023 cifras récord.
La presión electoral en EE. UU., busca asfixiar en el sureste la migración. Demagogia y corrupción de las autoridades mexicanas y la actividad criminal que trafica con seres humanos harán de 2024 un año terrible.
Respecto a la salud, iniciamos con recortes y reasignaciones presupuestales, la loca mega farmacia no resolverá abasto y distribución de medicamentos, cualquier tendero de barrio sabe cómo se manejan insumos.
La borrachera de Echeverría y de López Portillo con un gasto social desordenado y clientelar es el signo del nuevo López y sus obras por ocurrencia, con gasto oscuro y sin resolver problemas, solo son hemorragia parra los egresos del país.
Añada la inflación, las altas tasas de interés, mayor corrupción, opacidad y creciente militarización, el asedio a los organismos independientes y del Poder Judicial, instituciones que garantizan la vida democrática y el equilibrio de poderes, todo hace esperar que en 2024 habrá un gobierno comprometido con destruir el progreso y la democracia.
La salida como sociedad es conseguir superar el engaño, dejar la indiferencia que normaliza todo mal; ser ciudadanos y no mendigos de nuestros propios recursos y derechos; si ejercemos y razonamos nuestro voto, podremos en 2024 cambiar de ruta y evitar que se agraven los desastres y se añadan otros.
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