Nuevo León, 24 de enero 2024.- El estado de Nuevo León ha experimentado un preocupante aumento en los días de alta contaminación durante el año 2023, con consecuencias directas en la salud de la población. Datos reveladores indican que no solo se ha registrado un incremento significativo en los niveles de contaminación, sino que también se ha observado un aumento del 68 por ciento en casos de infecciones respiratorias agudas en comparación con el año 2021.
Médicos y especialistas no consideran estos hechos como eventos aislados, sino más bien como una consecuencia directa de la creciente contaminación que afecta la ciudad, convirtiéndolo en un problema urgente de salud pública. La calidad del aire deficiente ha sido asociada no solo con enfermedades respiratorias, sino también con problemas cardíacos como infartos y embolias, hipertensión y complicaciones en el desarrollo fetal de mujeres embarazadas.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Gobierno federal, mientras que en el 2021 se registraron 434,447 casos de infecciones respiratorias, la cifra se elevó a 730,313 en el 2023, marcando un aumento significativo. El año intermedio, 2022, también experimentó un incremento con 655,581 casos registrados.
El neumólogo intensivista Abelardo Elizondo Ríos ha señalado que el aumento en el número de casos no solo puede atribuirse a la disminución del uso de cubrebocas, sino también a los niveles crecientes de contaminación, que se vuelven cada vez más frecuentes. La contaminación, al actuar como un estímulo irritativo agudo, predispone a infecciones respiratorias tanto virales como bacterianas, según explicó Elizondo.
El 2023 se destacó por contar con 183 días por encima de las normas ambientales, lo que llevó al estado a emitir la primera alerta ambiental del año al registrar niveles extremadamente malos en el aire.
Especial atención se ha puesto en las partículas PM2.5, consideradas las más dañinas debido a su tamaño, ya que al ser menores de 2.5 micrómetros no pueden ser filtradas por el sistema respiratorio y terminan siendo absorbidas por el torrente sanguíneo. Estudios demuestran que respirar estas partículas a largo plazo aumenta la posibilidad de sufrir diversas enfermedades, desde irritación en nariz y ojos hasta problemas cardíacos, demencia y muerte súbita.
El pediatra Ismael Piedra, de TecSalud, alerta sobre la alta frecuencia de casos de niños afectados por la mala calidad del aire. Además, las embarazadas, según el ginecólogo infectólogo José Tirán, son un grupo especialmente vulnerable, ya que la contaminación afecta la oxigenación de las mujeres embarazadas y, por ende, el desarrollo del feto. La comunidad médica y la población en general se encuentran en alerta ante la gravedad de la situación, exigiendo acciones inmediatas para abordar esta crisis de salud pública.
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