Controversial, sin entendedera resultó la decisión de cerrar caminos a Acapulco al pueblo bueno, al pueblo sabio, a las diversas organizaciones que buscaban paliar el sufrimiento que Otis, huracán de categoría 5, dejó en Acapulco.
Se mostró la cara dura del militarismo que este sexenio creó disfrazado de servidor público en las calles, enriqueciéndose con obras e ingresos, tomando posiciones civiles.
El entonces joven PRI hace décadas cerró al ejército esas áreas encauzándole al plan de rescate a población afectada por desastres naturales hasta que otro priista, López Obrador le empoderó y le convirtió en el poder que le sostiene en la sombra, hoy iluminada por el mismo López.
Aduciendo las causas de las que echa mano para destruir y tomar control, daño al país, corrupción, rapiña, robo, López cercó el acceso a Acapulco al pueblo que acudió a ayudar, en tanto en Acapulco la rapiña y el enfrentamiento se daban por desesperación ante la ausencia de básicos como agua y alimentos, sin vigilancia ni control por autoridad alguna.
Muy grave postura que merece ser analizada en los poderes Legislativo y Judicial, con seriedad, lo que por desgracia no sucederá.
Mientras Acapulco sufría, López buscaba arrebatar dinero ajeno, que hoy dice sirve para reconstruir Acapulco.
Días después, López reculó, ordenó la entrega inmediata de recursos para los damnificados por el huracán Otis, por lo que “garantizó” que no habrá amarga Navidad para la gente de Acapulco y zonas afectadas. “Lo vamos a lograr pronto, muy pronto porque se está avanzando bastante, (no explicó quién y hacia dónde se avanza) Tengo el sueño, el ideal, que vamos a convertir en realidad entre todos, como se está haciendo, (con las carreteras bloqueadas) de que en la Navidad las familias van a estar muy contentas en Acapulco, muy felices. Ese es el compromiso,
no va a haber amarga Navidad”.
Simples palabras empleadas para manipular y engañar. Sus acciones de control que fracasaron le obligan a continuar haciendo lo que mejor hace, hablar y prometer, hablar en tiempo futuro; “lo vamos a hacer”.
A una semana del golpe por Otis, López instruyó a la Secretaría de Bienestar no esperar más y desplegar de inmediato entrega de apoyos directos a las 32 mil 664 viviendas, pequeños y medianos comercios que se habían censado.
También se darán a conocer los montos y la forma en que se apoyará a las familias. “No hay
límite”, reiteró. “Entendemos su desesperación porque es mucho lo que se padece, pero estamos trabajando”. Indicó que el Fondo de Desastres Naturales que en sexenios pasados contaba con un fideicomiso para la atención de este tipo de eventos y que de acuerdo con los últimos datos contaba con 18 mil millones de pesos “no llegaba, se lo robaban”.
Con seguridad sus funcionarios no son capaces de administrar honestamente, de lo contrario el Fondem estaría en las honestas manos de la actual administración que lo desapareció.
¿Dónde están esos ladrones? ¿Gozando de la impunidad del gobierno?
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