Como institución de seguridad social, el ISSSTE nació hace ya 63 años para dar seguridad social a los trabajadores federales del Estado, para brindarles no solo la atención médica, sino además la protección integral al trabajador y a su familia, por jubilación, separación del servicio, invalidez, vejez y muerte.
Fue en la administración del presidente Adolfo López Mateos, que el 30 de diciembre de 1959, con la publicación en el Diario oficial de Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, se extinguió la Dirección de Pensiones Civiles.
Así se adicionó el apartado B del artículo 123 constitucional, incorporando las garantías que el Estatuto Jurídico de la FSTSE, para los servidores públicos.
De esta manera los maestros, los trabajadores de la salud, de instituciones agrarias, militares y marinos, todos al servicio del estado quedaron incluidos para ser atendidos por el ISSSTE.
Solo la alta burocracia como la de los legisladores por muchas décadas recibieron el trato distinguido de ser beneficiarios de seguros de gastos médicos mayores a cargo de compañías privadas.
Ese dorado privilegio se terminó con el gobierno del presidente López Obrador. Así tal vez, nosotros derechohabientes comunes, podremos ver alguna ocasión a Santiago Creel, Alito Moreno o a Gerardo Fernández Noroña esperando consulta en la atestada sala de alguna clínica u hospital de esta institución.
Su infraestructura arranco con la compra de hospitales privados. Pronto construyó las tres primeras clínicas en la capital del país y adquirió el Centro Hospitalario 20 de noviembre.
Su derechohabiencia se incrementó de 500 mil derechohabientes a más de 14 millones. En cuanto prestaciones pasó de 14 prestaciones en el año de su fundación a 21 mediante sus órganos desconcentrados FOVISSSTE y PENSIONISSSTE, TURISSSTE y SUPERISSSTE, con los que otorga además de consulta general y de alta especialidad, seguros, financiamiento de vivienda, créditos personales, pensiones, estancias infantiles, servicios sociales, culturales y deportivos, turismo social, servicios funerarios, entre otros.
A su vez, los objetivos prioritarios del ISSSTE para el resto del sexenio son lograr el saneamiento financiero total del Instituto, mejorar la atención al derechohabiente y cambiar de un modelo curativo al preventivo.
Pero, ¿qué fue lo que sucedió a través de las últimas décadas con esta noble e indispensable institución?
Sus derechohabientes y sus trabajadores envejecieron, el 30% son de 60 y más años. Pero además muchos de ellos viven con enfermedades crónicas y con cáncer, para lo que requieren atención especializada, compleja y de alto costo.
Otro problema que alimentó su crisis financiera, es el esquema de subrogación por el cual el ISSSTE tiene que pagar a terceros privados para que ofrezcan los diversos servicios de salud que la institución ya no esta en condiciones de brindar a su derechohabiencia.
La insatisfacción de los pacientes por el deterioro de la calidad de la atención, el desabasto de medicamente, la espera prolongada para consulta de especialidad, para estudios y para cirugía se normalizaron.
La prometedora bonanza con se fundo el ISSSTE y como se fuer desarrollando por varios años, se fue a pique, la ineficiencia y el desencanto generalizado hicieron presa de ella.
Siendo una de las instituciones de salud ejes del sistema de salud mexicano, la viabilidad de la propuesta de la IV transformación para este sector en su conjunto, depende en gran parte que se resuelva efectiva y ejemplarmente el caso ISSSTE.
El deterioro del ISSSTE se instaló desde antes de la pandemia de la COVID-19, pero esta emergencia sanitaria aceleró y empeoró su crisis.
Gustavo Leal, investigador y académico especializado en salud, considera que el problema del ISSSTE, inició partir de la reforma de 2007 a la Ley del ISSSTE, con la cual el instituto se convirtió en un “mercado de servicios de salud”.
Asegura que “lo descapitalizaron deliberadamente” para drenar los recursos que recibía el instituto”.
La corrupción que propició negocios de todo tipo, en los que los mismos funcionarios del instituto no fueron ajenos. Contra esta institución se presentaron más denuncias penales ante la Secretaría de la Función Pública. La mayoría de ellas, 168 se hicieron en el sexenio anterior, pero en plena pandemia en 2020 se presentaron otras 68. Estas denuncias fueron por causas desde abuso de autoridad hasta enriquecimiento ilícito.
El 23 de enero de 2020, la titular de la SFP, informó que realizaba investigaciones por presuntas irregularidades en contrataciones públicas celebradas por el instituto que ascendían a más de 12 mil millones de pesos.
En abril de 2022 ocho funcionarios y ex funcionarios del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, que en 2019 participaron en un fraude por más de 831 millones de pesos, relacionados con la adquisición de equipo médico y material de curación, fueron vinculados a proceso.
En octubre de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador, describió la lamentable situación del ISSSTE como la de un “cascarón”, operando frágilmente entre acusaciones de corrupción, infraestructura deteriorada al extremo, equipo obsoleto e inoperante, escaso personal, insostenibilidad financiera para el pago de pensiones, los gastos rebasaron los ingresos.
El director general del instituto reconoció que era urgente resolver el problema de desabasto de medicamento, de reconstituir los servicios subrogados, de mejorar los servicios, pero que todo ello implicaba un costo elevado.
Finalmente, después de un largo proceso de investigación, en la mañanera del 29 de agosto, se informó del avance sobre el proceso de combate a la corrupción y fortalecimiento de esa institución de seguridad social.
Fundamentalmente se trata de tres líneas de acción:
1. Quitar el esquema el llamado esquema de servicios integrales por los que las direcciones del ISSSTE contrataban empresas, según se menciona muchas de ellas creadas o favorecidas por las mismas autoridades de la institución, para que realizaran trabajos como limpieza, estudios de laboratorios y otras.
Lo que se pretende es que fortalecer al ISSSTE para que el mismo proporciones estos servicios.
2. Investigar y desmontar con apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública diversos esquemas de criminalidad y corrupción que a través de varias décadas se fueron construyendo en los procesos del ISSSTE.
3. Cerrar los espacios indefinidos o vacíos jurídicos, por los que despachos de abogados promovían juicios en juntas de conciliación y arbitraje para ganar laudos laborales con los que obligaban al ISSSTE a pagar sumas millonarias a favor de trabajadores y funcionarios, sin que las mencionadas Juntas de Conciliación tuvieran atribuciones para ello. La estimación inicial del monto de este esquema de corrupción es de 2 mil a 5 mil millones de pesos
Hoy alejándose de los pasados paradigmas y malas prácticas que sumieron en tan profunda crisis a esta institución de salud tan fuerte y prestigiada, el gobierno federal busca reavivar la esperanza de que el ISSSTE recupere el perfil de servicio y calidad para el que fue fundado.
Su actual director general asegura que, en ese camino, los objetivos prioritarios del ISSSTE para el resto del sexenio son lograr el saneamiento financiero total del Instituto, mejorar la atención al derechohabiente y cambiar de un modelo curativo al preventivo.
Esperemos que pronto y en Tamaulipas veamos cristalizado ese esfuerzo.
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