Quienes vivimos en los estados fronterizos de México con los Estados Unidos, conocemos el
famoso término “Black Friday” o “Viernes Negro”, la cual es una tradición americana que
consiste en una bajada de precios en los principales comercios, durante el último viernes del
mes de noviembre, coincidiendo con la inauguración de las compras de Navidad.
De acuerdo a la Historia, del término “Black Friday” surgió en relación a una grave crisis
económica: el viernes 24 de septiembre de 1869, dos implacables financieros de Wall Street, Jay
Gould y Jim Fisk, tras un intenso trabajo por conseguir enormes ganancias, fracasaron en su
empeño, y el mercado entró en bancarrota. Por ello, se nombró a ese día como el “viernes
negro”.
Otra de las historias cuentan que, tras un año entero de pérdidas y enormes saldos de
mercancías (para efectos contables números rojos), tras el día de Acción de Gracias, los
comercios decidieron hacer grandes descuentos para reducir sus inventarios, a partir del cual
comenzaban a incrementarse las ventas, y, en lugar de números rojos, se producían “números
negros”.
Algunos historiadores aseguran que el término de “Black Friday” se originó en Filadelfia, para
describir el tráfico de personas y vehículos que saturaban las calles al día siguiente de Acción de
Gracias; los oficiales de policía encargados de controlar el tráfico, comenzaron a llamarlo
“Viernes Negro”.
En noviembre de 1975 The New York Times utilizó por primera vez este término haciendo
alusión al caos vial y al desastre que se había producido aquel año en la ciudad debido a los
grandes descuentos. A lo largo de los años, esta costumbre se ha importado a casi todos los
países del mundo, entre los que se incluye España, a la que llegó en 2012.
Las ventas en línea del Black Friday alcanzaron un nuevo récord este año; los consumidores
gastaron aproximadamente 9 mil millones de dólares en sitios web de Estados Unidos, según
Adobe Analytics, que rastrea las compras en línea; un aumento de 22% con respecto al récord
anterior de 7.4 mil millones de dólares, en 2019.
En México el Buen Fin surgió en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, como una
iniciativa directa del Gobierno y empresarios para activar la economía del país; además de
ayudar a que los mexicanos compremos cosas a un precio más bajo del normal.
Hay algunas diferencias entre ambas tradiciones, en México este evento se enfoca más a
otorgar beneficios como pagos a meses sin intereses y a descuentos entre un 30% y 50% menos
del precio original.
El pasado viernes 20 de noviembre concluyó el Buen Fin 2020, el cual, para sorpresa de todos,
presentó cifras récord al incrementar sus ventas 20% con 141 mil 600 millones sobre las del
2019, que fueron de 118 mil millones de pesos.
En nuestro país el 31% de los consumidores realizaron sus compras con sus ahorros, el 24%
empleó métodos de crédito y el resto hizo uso de recursos inmediatos. Esto implicó un aumento
en la demanda de billetes y monedas por parte del público de 53 mil 59 millones de pesos en la
semana del 13 de noviembre; lo que resulta alentador por el poco endeudamiento que podría
generar.
En Estados Unidos ha sido tan marcado el éxito que, muchos negocios prolongan la celebración
dos días más, y concluye con el llamado Ciber Monday, el día en que las ofertas se encuentran
en internet.
Se espera que este lunes sea el día de ventas en línea más grande en la historia de Estados
Unidos, con un gasto estimado de entre 10.8 mil millones y 12.7 mil millones de dólares.
Al parecer aunque este 2020 no ha sido el mejor de todos, las personas en todo el mundo nos
aferramos a una esperanza; el poder retomar nuestra vida normal; por eso reaccionamos
positivamente a la iniciativa de los comercios, queremos estar preparados para resurgir.
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