Tampico, Tamaulipas, 5 de Junio de 2020.- Con el paso de las investigaciones derivadas de la pandemia COVID-19, a nivel internacional se empezaron a tomar en cuenta factores como la obesidad en los pacientes que
dieron positivo al virus.
Así lo refirió la Dra. Alicia Rodríguez Briseño, durante la ponencia “Obesidad
Metabólicamente Enferma, COVID-19 y Alimentación”, dictada vía remota para la Facultad
de Medicina de Tampico de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
La Doctora en Nutrición Clínica, Investigadora y Docente de Posgrado del Hospital
Central Sur de Altas Especialidades de Pemex, explicó que luego de los brotes de COVID19 en China, Italia y España, fue hasta la propagación del virus en Estados Unidos, cuando
los científicos empezaron a estudiar la obesidad como otro de los aspectos riesgosos en los
pacientes positivos a COVID-19.
“Es un error usar el Índice de Masa Corporal (IMC) como un predictor de obesidad. Ya
que no puede predecir el peso. Y la obesidad es un incremento entre el tejido adiposo y nos
lleva a un estado inflamatorio de bajo grado”, indicó.
“Hay una proteína mitocondrial que se encarga de regular el tejido adiposo, cuando los
pacientes carecen de esta proteína empieza a haber una expansión de tejido adiposo
disparada”, dijo, tras añadir que “un paciente delgado puede ser también con obesidad
metabólicamente enferma”.
“La prevalecía de obesidad es muy alta en el mundo y México se encuentra en los
primeros lugares a nivel mundial, y esto es muy preocupante. El 72.7% de pacientes adultos
padecen obesidad”.
“La obesidad es un gran predictor para complicaciones en el paciente con COVID-19. Se
complican estos pacientes, porque ya presentan un descontrol metabólico, hay una invasión
de citocinas pro inflamatorias, van a tener limitado el flujo respiratorio, la pared torácica va
a estar reducida, y van a tener una reducción también en el diámetro de la vía área. También
hay cambios en las propiedades contráctiles del musculo respiratorio”, explicó.
“En China los primeros casos de COVID-19, los pacientes que tenían el peor pronóstico,
eran pacientes adultos mayores, pasó lo mismo en Italia y España. Obviamente presentaban
diabetes, hipertensión o enfermedades cardiacas. En Estados Unidos, se empezó a registrar
el peso, y vieron que los pacientes que presentaban obesidad, eran los que tenían un peor
pronóstico para esta enfermedad”, señaló.
Apuntó que el hallazgo fue que pacientes de 20 a 45 años fueron prevalentes a mayores
riesgos, y a requerir soporte de respiración respiratorio, “esto realmente es un problema, nos
está diciendo que, más que la edad, es la obesidad metabólicamente enferma la que está
llevando a los pacientes, a un peor pronóstico en esta infección de COVID-19”.
“Tiene mucho que ver, con la lipotoxicidad, con la glucotoxicidad y la inflamación que
estos pacientes presentan. Lo que puede llevar a resistencia a la insulina, diabetes,
hipertensión, enfermedades cardiovasculares, entre muchas más”, concluyó.
Cabe señalar que la Dra. Alicia Rodríguez Briseño, es Maestra en Nutrición por la
Universidad de Barcelona, España y Doctora en Nutrición Clínica por la Universidad
Anáhuac de la Ciudad de México.







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