LO CLARO. Antes y después del COVID19. Así será conocida la historia
moderna de nuestro entorno.
La educación no podría sustraerse a este modismo.
Serán nuevas maneras de aprender para continuar la preparación para la vida.
Precisamente la Universidad Autónoma de Tamaulipas anuncia ya su inducción
al nuevo ciclo escolar, tras el catastrófico inicio mundial del primer ciclo en
2020.
Los nuevos aspirantes atenderán la demanda profesional del mercado y la UAT
les oferta las herramientas a que mejor acomode a sus habilidades.
Como las humanísticas que anuncian su apertura de inscripciones en leyes,
comunicación, turismo y negocios internacionales. Bajo un nuevo enfoque. El
mundo los espera…
LO OSCURO. En el terrible panorama que ofrece a México el descalabro por la
pandemia mundial que redundará en una crisis económica de largo alcance a
nuestra nación en especial, bien haríamos en ‘cerrar líneas’ quienes somos
parte del problema y la solución del desarrollo.
Es decir; actores políticos, empresarios, obreros, académicos, inversionistas,
banqueros, micronegocios, campesinos y sociedad en general.
Más allá que busquen culpables por la compra directa de ventiladores para el
COVID, saber si se ‘aplana’ la curva dejando de ingerir cerveza o pasando las
clases en línea con un papá en toalla saliendo a cuadro.
Más allá de nombrarles de héroes a quienes atienden la salud y les siguen
pagando sueldos de actores extras.
Tesla (Nikola) es el nombre de quien quizá es el norteamericano de mayor
reconocimiento, al que la historia no le hizo justicia pues Edison obtuvo los
créditos como inventor del manejo de la electricidad que hoy sigue moviendo al
mundo.
Su nombre (Tesla) lo adoptó Elon Musk para el desarrollo de los autos hoy en
día más famosos, de tracción eléctrica. Es decir, cero emisiones de
contaminantes. Los carros eléctricos Tesla.
El carro más barato ronda los 30 mil dólares y en México se comercializan los
que merodean los 2 millones de pesos.
¿A qué la explicación?
México –a pesar de los virus- ocupa hoy el lugar número once del mundo en la
manufactura del sector automotriz. En la producción de carros terminados y
autopartes.
Es el segundo aportador del PIB nacional. Y su atractivo al principal mercado
de compra (Estados Unidos) obedece entre otros factores a la reducción de
costos de producción (comparado a mantener plantas en EE.UU); los bajos
costos de transporte; los bajos salarios (principalmente en tareas de montaje)
entre otras variables.
En México se fabrican vehículos desde 1925 y son los principales exponentes
de esta dinámica de alianzas con nuestro país, Ford (desde 1925), Nissan
(1961), Volkswagen y Chrysler (1964).
Apenas Brasil hace competencia a la manufactura mexicana, donde la logística
hace más atractivo a México como socio comercial y vecino.
De ahí la importancia del sector y la dinámica de recuperación hacia la curva
aplanada del coronavirus.
Tesla anuncia un reajuste en sus actividades en las plantas armadoras que hoy
tiene en California. Una virtual mudanza a Texas, le hace a México parar orejas
hacia la oferta comercial de brindar a Tesla las facilidades para abrir los brazos
de territorio novohispano.
El primero en levantar la mano fue el gobernador guanajuatense Diego Sinhué
para avisar a Musk “Aquí tenemos en Guanajuato, mano de obra y tecnología
suficiente para recibirle”.
Hay ‘detalles’ como en todo, que quizá (sólo quizá) ensombrecen los
panoramas de mercados preparados para recibir la inversión.
La Secretaría de Energía notifica que la producción de energía sustentable
obtenida por particulares –es decir, la inversión en más abastecedoras como
parques eólicos o de fotoceldas)- no será permitida.
Lo que limitará la capacidad de transformación por la insuficiencia de energía
para las plantas productivas.
¿El enemigo en casa?
Los organismos empresariales manifiestan su preocupación en el sentido de
mantener en riesgo la inversión ofertada a México en sector energético en el
orden de 30 mil 400 millones de dólares, para empezar.
En el periodo de reactivación que vendrá a ésta nación, se ocupan de muchas
Tesla y más gente que le apueste a nuestro país, en la consecuencia que
detonará en riqueza que producirán más impuestos y recursos para atender a
quienes menos tienen. Que supondríamos es el objetivo primario.
COLOFÓN: Ojalá digamos que ‘entendimos mal’ y sumemos la fuerza de todos
para que México recupere muy pronto su grandeza, más allá del petróleo.
alejandrodeanda@hotmail.com
@deandaalejandro
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