Café turco, bebida milenaria.
Sin duda alguna, que una de las bebidas más complacientes en todo momento, es el café, cuyo aroma suele conectarse en un estado de bienestar emocional, que invita a tomar para degustar a solas o acompañado.
Le comento, que el origen del café es incierto, aunque los historiadores sí parecen ponerse de acuerdo que fue en Etiopía donde se utilizó como una baya que producían energía y que desde aquí se llevó a Egipto y Yemen en el siglo XIII.
Y fue en el siglo XVI un gobernador de Yemen llevó al Sultán, Solimán el Magnífico, a su palacio en Estambul el café, gustándole mucho, que encarga la apertura del primer café en la ciudad a dos mercaderes árabes.
Gustó tanto a los habitantes de aquella ciudad que en el siglo XVII cuentan las crónicas que en Estambul había más de cincuenta cafés, y pronto se expande por Europa y en 1615 se abre un café en Venecia, en 1669 llega a París a través de un embajador turco y se instaura en Viena a finales del XVII por un polaco que reconoce los sacos de café que había abandonado el ejército otomano en su retirada de la ciudad.
Y rápidamente, esta bebida se convirtió en una parte vital de la cocina del palacio y fue muy popular en la corte, de hecho se añadió el cargo de Jefe del fabricante de café, a la lista de los funcionarios judiciales.
Por lo que el deber del hacedor era para preparar el café del sultán, y era elegido por su lealtad y su capacidad de guardar secretos, y los anales de la historia otomana registran un número de Presidentes de los fabricantes de café que emergió de las filas para convertirse en Gran Visires al sultán.
Y bueno le comento que el café fue muy asediado desde el palacio hasta grandes mansiones, y a llegar a los hogares de los ciudadanos, y fue así que los habitantes de Estambul se convirtieron rápidamente en enamorados de la bebida.
Se dice, que compraban los granos de café verde y luego los tostaban en su casa en sartenes, enseguida eran molidos en morteros y elaboradas en las cafeteras conocidas como “cezve”( pocillos de cobre con asa larga), especial para estos menesteres culinarios.
Pero esta bebida que en sus orígenes se la consideraba una droga, también sufrió la persecución de los que la bebían y prohibiciones de sus uso en la propia ciudad en la que se había expandido ya que al Sultán no le gustaba demasiado esos cafés que reunían a mucha gente y se pasaban horas charlando y hablando de política e incluso gestándose alguna que otra revolución o protesta contra la clase dirigente.
Tras la prohibición se generó realmente un gran número de protestas y el Sultán debió ceder y así fue como el café se transformó en una de las tradiciones más importantes del país. Como dato curioso de la trascendencia de este elemento que prendió en la sociedad otomana, una mujer podía solicitar el divorcio si su marido no le proporcionaba una taza de café diaria.
Esta bebida caliente, lo sirven tanto en los compromisos matrimoniales, como a la hora de predecir el futuro y también se relaciona con los antiguos rituales de hospitalidad. De hecho, en Turquía tomar café se asocia con amabilidad y sociabilidad: “una taza de café significa 40 años de amistad”.
Amable lector, después de recrearlos en la historia del café turco, aquí en esta ciudad capital podemos degustar de esta aromática bebida, y preparada a su vista, con el método tradicional de Turquía.
Usted lo puede encontrar en el módulo Café turco “Cezve” en 17 hidalgo explanada, ahí se encuentra un hacedor con técnicas turcas en la preparación de esta bebida, con un sabor exquisito.
Sabemos que una de las maneras más cotidianas de tomar el café es negro o con leche, algunos los prefieren con azúcar y otros nada dulce, y los adictos lo hacemos por la mañana a primera hora, ya que ayuda a estar en forma para afrontar los intensos quehaceres diarios.
Además de disfrutarlo, le genera beneficios ya que contiene sustancias con propiedades antioxidantes, los flavonoides actúan como defensa ante posibles enfermedades y ataques de microorganismos y además retrasan el envejecimiento de las células.
También es estimulante, ya que el cerebro funciona mediante el envío de neurotransmisores a través de las sinapsis gracias a la cual somos capaces de pensar, la cafeína es un compuesto psicoactivo que modula a estos neurotransmisores y les permite operar de manera más eficiente coadyuvando a procesar mejor los mensajes que recibimos o emitimos.
Y coadyuva contra la diabetes: La cafeína activa las células del páncreas, que son las responsables de producir la insulina que necesita nuestro organismo, en fin hay mucho mas beneficios, pero lo maravilloso es que además de que el paladar se deleita con el café, también proporciona un estado de bienestar físico mental.
Nos vemos en la próxima, sea feliz en familia.
gildateran@yahoo.com.mx
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